Es un vino único en el mundo porque envejece debajo del mar en un lugar privilegiado, las Rías Baixas de Galicia. Conocemos a Rodrigo Méndez, que nos cuenta que tiene una bodega familiar en Meaño y nos lleva junto a él hasta una batea situada en Cambados para mostrarnos la jaula donde se encuentra el vino que lleva envejeciendo bajo el agua desde el año 2011.
Raúl Pérez, enólogo, nos cuenta por qué decidió sumergir sus vinos bajo el agua, cómo es su trabajo y que nos comenta que la temperatura, la ausencia de luz y las corrientes favorecen el envejecimiento de este vino.
Asistimos a un momento muy especial, en el que sale a la superficie una de las jaulas que llevan nueve años a catorce metros de profundidad. Descorchamos una de las botellas, brindamos y probamos el vino. Todos los comentarios son positivos. Dato importante: este vino no se vende. Se producen unas 1.200 botellas.