Imposible visitar Sídney y no fotografiarse con su icónica Opera House. De la mano del guía español Óscar Fernández, ‘Viajeros Cuatro’ ha visitado la famosa construcción dedicada a realizar obras de teatro, ballet, ópera y producciones musicales.
El archiconocido lugar fue diseñado por el arquitecto danés Jorn Utzon en 1957 y declarado Patrimonio de la Humanidad en 2007. La ópera iba a costar siete millones de dólares y se iba a acabar en unos tras años, finalmente tardó catorce años en inaugurarse y costó alrededor de 102 millones.
Tal y como nos explica Óscar Fernández, el edificio de la Opera surgió de un sueño de Utzon: “Soñó con la cáscara de una naranja”. Tal y como nos ha contado, el edificio está recubierto por cerámica algo que hace que no haya que limpiarla y se quede impoluta solo con el agua de la lluvia.
La Opera House es el lugar perfecto para hacerse un selfie, un lugar en el que precisamente se inventó la palabra “selfie”: “Los australianos acortan todas las palabras, en lugar de self-portrait comenzaron a decir selfie”.