Río de Janeiro es una ciudad en la que todo gira en torno al mar. Por mar, trajeron los portugueses su lengua y los esclavos, además de los ritmos africanos que dieron forma a la samba.

DÓNDE IR

Disfruta de la renovación urbanística del Puerto, del museo del Mañana y los grafitis del artista Kobra. Cruza el puente de la Bahía de Guanabara y pasea por la ciudad vecina de Niteroi, desde donde podrás disfrutar de una panorámica única de la ciudad de Rio. Subir al Corcovado es casi obligatorio y casi cada día de la semana puedes acudir a un mercado callejero con puestos de comida, música en vivo y cerveza fría. Si tienes tiempo, y quieres descubrir el “Caribe carioca”, escápate a Ilha Grande y quédate en la isla, al menos una noche, haz snorkel rodeado de peces de colores, recorre la selva y disfruta del sus playas paradisíacas.

CÓMO MOVERSE

El tráfico en la ciudad es abrumador y no es difícil quedar atrapado en un atasco durante horas, para evitarlo lo mejor es el metro. El subterráneo, ampliado en 2016 con motivo de los Juegos Olímpicos, recorre y une prácticamente toda la ciudad e, incluso, se puede llegar en él hasta la misma playa de Copacabana. Uber funciona sin problemas y es, sin duda, el medio de transporte más recomendado y seguro para turistas, sobre todo por la noche.

ABRIR BOCA

La comida forma parte de la cultura carioca. Si te gusta la carne, no dejes de probar el espeto de salchichón, el corazón de gallina y, por supuesto, el plato estrella de las reuniones familiares y de amigos: el churrasco.

PARA DORMIR

Los barrios de Ipanema y Copabana están situados en la zona sur de la ciudad y ambos están llenos de hoteles, la mayoría de gama media, media-alta. Si quieres asegurar calidad, espacio y limpieza, no bajes de un hotel de 4 estrellas. En el bohemio barrio de Santa Teresa, en el centro de la ciudad, hay hoteles y hostales de estilo colonial, con estupendos restaurantes y exposiciones de arte.