Guía de viaje de Cantabria: playas, naturaleza y joyas del norte de España
Dónde comer, qué ver, actividades en plena naturaleza... todo sobre Cantabria en esta guía.
Cantabria es tierra de contrastes, desde su abrupto litoral a sus frondosos valles pasando por sus playas, del azul del Mar Cantábrico al verde de sus bosques o la oscura piedra de sus pueblos montañeses. El actor Antonio Resines es nuestro guía en Comillas, con él recorremos las empedradas calles de esta aristocrática localidad, Pasear la playa de Oyambre y comer unas rabas contemplando una de las vistas más increíbles de Comillas es el broche de otro para despedirnos de la “Villa de los Arzobispos”.
En el Valle de Liébana visitamos la alquitara que montó la madre de Isabel en Tama para destilar el orujo que ya hacía su abuela con el hollejo de las uvas que cultivan en un viñedo con vistas espectaculares al Valle Bedoya. Camino a Fuente Dé hay que detenerse en Espinama para comer el cocido montañés del Hostal Romaña, antes de subir en el empinado teleférico que nos lleva al mirador de Fuente Dé, donde se contemplan los Picos de Europa en todo su esplendor.
Con Matia, un italiano que pinta tablas de surf y cambió Cantabria por Nueva Zelanda, nos adentramos en el bosque de Secuoyas de Cabezón de la Sal y nos lleva a la playa de Somo, la cuna del surf en España. Daliannah ha pisado las pasarelas de medio mundo, pero para ella no hay nada comparable a pisar la arena de la Playa de los Locos en Suanzes, después de varios meses sin poder abrazar a su familia cántabra. Con ella nos damos un baño, pero de naturaleza, en el Parque de Cabárceno.
Jesús Sánchez, chef del Cenador de Amós, con tres Estrellas Michelín, nos lleva de ruta por los valles pasiegos a conocer una quesería donde elaboran de forma artesanal la mantequilla. Aunque Andrew es inglés, conoce muy bien la tierra cántabra donde fábrica cerveza artesanal desde hace catorce años, en Liérganes, uno de los pueblos más bonitos de España. Nos dejamos llevar por las aguas del río Asón con Lucía Villalón, periodista deportiva que se reencuentra con sus amigas después de mucho tiempo.
Conocemos Santander, de la mano del escritor y periodista Borja Terán, que nos enseña secretos de una ciudad oculta al turista. Desde Puerto Chicho, Beatriz nos lleva a recorrer la bahía en su botuco, un pequeño bote tradicional de madera con el que llegamos hasta Pedreña para encontrarnos con Pilar, una de “las pedreñeras” que se dedican al marisqueo en la bahía de Santander.
Un reportaje de Erika Barreras y Roberto Secunza.
PARA BEBER Y COMER
Restaurante El Remedio ubicado sobre una colina, donde además de disfrutar de la creatividad culinaria de su chef y sus excelentes rabas, ofrece una de las vistas más singulares de la localidad de Comillas.
Hostal Remoña se precia de tener el reconocimiento del mejor Cocido montañés en la localidad de Espinama en el Valle de Liébana. Su premiado cocido hecho a la leña es obra del buen cocinar de Aurita, que regenta el hostal y restaurante con sus hijos, pero su secreto está en que utiliza productos de su propio huerto y su propia ganadería.
El Cenador de Amós, en la casona-palacio de Mazarrasa del siglo XVIII, está situado en Villaverde de Pontones, donde el chef Jesús Sánchez, con sus tres Estrellas Michelín apuesta por el producto local como la ternera de Tudanca y donde se puede asistir a uno de sus talleres de cocina, y aprender de un maestro el proceso de la anchoa.
Orujo destilado en Tama, en el corazón del valle de Liébana, siguiendo la tradición familiar en alquitaras de cobre, un orujo adaptado a los nuevos tiempos a través de la coctelería y los licores ecológicos.
La mantequilla es uno de los productos más importantes de Cantabria, esencial para la elaboración de los sobaos y en el pasado se utilizaba para elaborar las famosas anchoas. La elaboración artesanal es también de tradición familiar y por eso cada familia pone su sello particular haciendo diferentes dibujos a la mantequilla, una tradición celta.
La cerveza artesanal Dougall’s ha sabido llegar a toda la península desde la localidad de Liérganes, donde la calidad del agua del río Miera ha demostrado ser un ingrediente fundamental y con sabores tan marineros como Tres Mares o Fishman, con anchoa entre sus ingredientes.
QUÉ VER
Comillas, es conocida como “Villa de los Arzobispos” porque en los siglos XVII y XVIII nacieron cinco prelados que ocuparon importantes diócesis. Pasear por su famosa y majestuosa universidad, visitar el Palacio de Sobrellano, también llamado del Marqués de Comillas y admirar el Capricho modernista de Gaudí conociendo algunos de sus secretos, son visitas imprescindibles de una localidad tan señorial.
Liérganes tiene un conjunto urbano, declarado de interés histórico-artístico nacional en 1978 y una valiosa arquitectura de los siglos XVII y XVIII que merece la pena recorrer, sin perderse la vista más famosa de la localidad, desde el puente medieval se contemplan dos pequeñas colinas llamadas Marimón y Cotillamón, conocidas popularmente como "Las Tetas de Liérganes".
Pasear por Potes, en el Valle de Liébana, transporta a otra época, perderse por sus callejuelas empedradas y sus casonas populares, muestra el encanto rural de un pueblo de montaña. Potes sobre todo es una localidad de puentes ya que se encuentra en la confluencia del río Deva con su afluente Quiviesa.
En Santander hay que andar la playa del Sardinero, contemplar el Centro Botín, subir en el funicular del Río de la Plata, embarcar en Puerto Chico y ver la escultura de Los Raqueros que se ha convertido en el símbolo de la ciudad. Recorrer la península y el Palacio de La Magdalena, residencia de verano de Alfonso XIII y Victoria Eugenia, y pasear la Avenida de Reina Victoria para llegar al Hotel Real, con más de 100 años de historia creado para alojar a la burguesía, y el primero con luz eléctrica de la época del Titanic. Si quieres contemplar la bahía de Santander, hay un servicio de ferrys entre Santander y la zona de Somo y Pedreña que cruza la bahía ida y vuelta por 4,50 €.
EN PLENA NATURALEZA
Deporte de aventura en el Valle del rio Asón en contacto con la naturaleza haciendo descenso en canoa por el río Asón, entre bosques de helechos. Camino al Mirador del Río Asón recorres una ruta por el parque natural entre bosques de hayas que lleva a contemplar la cascada Caluagua, donde nace el río.
Fuente Dé, en el sector cántabro de Picos de Europa, ofrece la posibilidad de ascender a sus cumbres gracias a su teleférico que sube hasta 1823 metros de altura. La subida del teleférico cuesta 17 € y salva un desnivel de 753 metros que hay hasta el mirador del Cable, el lugar hasta el que llegan las cabinas, desde el que se contempla Picos de Europa en todo su esplendor y parten diferentes rutas a pie.
El Bosque de Secuoyas de Cabezón de la Sal, brinda la oportunidad de pasear entre 848 Secuoyas con más de 40 metros de altura. Su curiosa historia comienza en 1940 cuando el gobierno franquista decidió plantar más de 800 con el objetivo de rentabilizar la madera, pero cuando alcanzaron la altura adecuada ya no interesaban y se dejaron crecer.
El Parque de Cabárceno es mucho más que un zoo donde los animales viven en semi-libertad. Es un espacio natural ubicado en una antigua mina de hierro al aire libre que alberga a más de doscientos animales pertenecientes a más de 120 especies de los cinco continentes. El recorrido en las cabinas ofrece una vista muy diferente y sorprendente desde lo alto.
Las playas en Cantabria son infinitas, destacamos las del Sardinero y los Bikinis en Santander. Lla playa del Parque Natural de Oyambre que destaca por su gran variedad natural y paisajística y donde aterrizó un avión que se quedó sin combustible. La Playa de Somo tomada por los surfistas y donde se fundó la primera escuela de surf de España. La Playa de los Locos en Suanzes, situada bajo un acantilado con mirador a una de las playas preferidas por los surfistas. La Playa de Valdearenas se sitúa en pleno Parque Natural de las Dunas de Liencres, uno de los arenales más bellos de la costa cántabra de casi 3 km de longitud.