Una de las visitas obligadas de Sídney es su puente más emblemático, el Harbour Bridge. Desde su cima las vistas son impresionantes y, tras asegurarse con arneses y echarse crema solar, cualquiera que lo desee puede subir hasta su punto más alto, un lugar desde el de donde divisar la totalidad de Sídney.
El pulmón de acero, como se conoce a este espectacular puente, se construyó en 1923 en plena depresión, algo que reactivó la economía del lugar. De los cientos de personas que trabajaron en su construcción sin ningún tipo de medida de seguridad murieron 16 personas.
La intención de su construcción no era otra que la de unir las dos orillas de la ciudad, algo que entendían como unir Australia con el futuro. El precio por subir a lo alto del Harbour Bridge es de 145 euros por persona y se hace acompañado de un monitor.