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Guía de viaje de Sevilla: recorre a pie una de las ciudades más bellas del mundo

  • La historia, la arquitectura, la gastronomía y la gente de Sevilla enamoran

  • Descubrimos los mejores restaurantes para comer en la ciudad de Híspalis

  • No es necesario gastarse una gran cantidad de dinero para dormir en Sevilla

Qué ver

Sevilla es, sin duda, una de las ciudades más bellas del mundo. Su historia, su arquitectura, su gastronomía y sobre todo su GENTE enamoran. Aunque es difícil decidir qué ver, aquí van alguno de los imperdibles de la ciudad de la capital hispalense.  

Un recorrido que merece la pena hacer es salir de la plaza de la Virgen de los Reyes en coche de caballos. Antes de salir detente a admirar la Catedral y la Giralda. Es increíble cómo dos culturas y dos estilos arquitectónicos pudieron fusionarse con tanta gracia y tanta belleza. El minarete árabe, la Giralda, es un emblema de la ciudad y durante siglos fue el edificio más alto de España. 

Recorre desde aquí siglos de historia, pasa por el Archivo de Indias, La Casa de la Moneda, la desconocida Torre de la Plata y refréscate en el verdor del parque de María Luisa, para entrar como un gran abrazo a la Plaza de España, uno de los lugares más emblemáticos y bonitos de Sevilla. Al atardecer oirás flamenco y te parecerá estar en otro tiempo, pero el viaje no ha hecho más que empezar. 

Sevilla es para `patearla´ desde la plaza de San Francisco, pasando por la calle Sierpes, comienza a perderte, no te preocupes, el olor a adobo te llamará para irte directo a por una tapita en Blanco Cerrillo. Este es uno de los bares con más solera de Sevilla, pasar por aquí es casi una tradición que pasa de padres a hijos.  

Acaba viendo el atardecer con las mejores vistas en Las Setas, en la Plaza de La Encarnación, donde la Sevilla más tradicional y la más vanguardista se dan la mano en la estructura de madera más grande del mundo.  

Te recomiendo un paseo por el Guadalquivir al atardecer. Un río que ha visto partir la expedición que dio la primera vuelta al mundo, testigo del comercio mundial a lo largo del siglo XVI y no sabrás con qué vista quedarte, si la Calle Betis en Triana o la Torre del Oro en la orilla de enfrente.  

Si te bajas en la orilla de Triana, recorre la calle Betis, la Plaza del Altozano y busca en el corazón de la estatua de Juan Belmonte, La Giralda. Asómate a la calle Pureza, la Calle Castilla y si vas de día, piérdete en el mercado de Triana. Pero si vas al atardecer, tranquilo, el barrio del cante sabrá indicarte con su flamenco más profundo, dónde debes parar. 

Cruza a la otra orilla para perderte por el Barrio de Santa Cruz, la antigua judería de Sevilla, uno de los lugares con más encanto de la ciudad, un barrio que cuenta su historia en sus calles, que sabe a pipas garrapiñadas y huele a azahar. Al final llegarás a Los Reales Alcázares de Sevilla y tras cruzar sus puertas, te puedes quedar sin respiración. La belleza del Palacio Real en uso más antiguo de Europa, te dejará con la boca abierta. Fue un antiguo asentamiento romano, visigodo, musulmán y luego cristiano. La arquitectura mudéjar, uno de los emblemas de Sevilla, está presente en todas partes, el rumor del agua, el olor de sus jardines y la Galería de los Grutescos harán que tenga que venir el guardia de seguridad a sacarte porque es hora de cerrar y tú, ni te has dado cuenta.  

Si quieres hacer una escapada, recorre la campiña, acércate a Utrera a probar unos  Mostachones, el bizcocho de herencia árabe que es toda una institución, o piérdete por los palacios de Écija, la ciudad de las torres. En el Palacio de los Palma podrás resguardarte del calor de la que llaman La Sartén de Andalucía.  

Transporte  

A pie, sin más. En Sevilla está todo cerca y lo que merece la pena es dejarte sorprender por la plaza, la esquina, el callejón que no te esperas y que te atrapa, porque si algo dicen de Sevilla es que, si la pisas una vez, vuelves.  

Dónde Comer  

Cada esquina tiene algo para tentarte, no puedes irte sin probar las croquetas de Casa Ricardo, antigua casa Ovidio, donde aparte de alimentarte el cuerpo, alimentas el espíritu. Cientos de Cristos, Vírgenes, el olor a incienso, la cuenta atrás para la semana santa anotada en una pizarra y los pasos televisados acompañan toda una forma de vida típica de Sevilla, la vida de la barra.  

La ensaladilla del Bar Donald, la que ha ganado durante 15 años la mejor ensaladilla de Sevilla es un clásico. Mariano es el alma del lugar, te cuidará como un padre y te entretendrá con todo tipo de historietas de todas las glorias que han pasado por su bar.  

Si vas entre mayo y finales de junio, cruza a Triana a por caracoles en Casa Remesal, en plena Calle Pureza y prepárate para montar el show, comer caracoles no es glamuroso, pero ¿a quién le importa el glamour con ese saborcito tan rico?  

En Écija no puedes dejar pasar los molletes de Gómez Amador, se hacen en el pueblo y son una delicia. Por la mañana, con manteca colorá y por la tarde, con jamoncito. Tanto la tienda, uno de los últimos ultramarinos que se mantienen como la época de nuestros abuelos, o en la terraza frente a la Plaza de Abastaos, es una maravilla que no te puedes perder si andas por la ciudad de las once torres.  

Dónde dormir 

Si fueras de la Casa Real dormirías en el Alcázar, pero como seguramente, no lo eres, Sevilla tiene muchísima oferta y todas son de precio asequible. Todo está cerca, por lo tanto, la ubicación no será un problema. Más bien el problema será el ultimo día cuando no te quede más remedio que despedirte de ella. Pero no te preocupes, el que la pisa, vuelve.