Palacios ha definido su viñedo en El Bierzo como "una joya de la España vitivinícola". Al hablar de ese viñedo, el bodeguero parecía estar recitando una poesía: "La vi a dos kilómetros, brillaba en lo alto, fue un magnetismo. Está al sol de la luz del alba y hace un vino que es indescriptible, lo sientes por las venas, por los músculos, sientes cómo tu cuerpo es acariciado por dentro".