Treinta y dos mil kilómetros con el Chester a cuestas son muchos kilómetros. Pepa Bueno, nada acostumbrada al formato del programa, ya es una experta de la conversación y como tal, nos ha dado una ‘master class’ sobre la preparación, desarrollo y ejecución de cada charla, dejando un hondo hueco para la sorpresa y la improvisación: “En toda mi carrera, antes de entrevistar a alguien, me documento hasta saber cómo respira la persona que voy a tener enfrente. Sin embargo, en Chester, no es una entrevista habitual, donde yo tengo mis papeles con los datos precisos y subrayados y, de repente, pasan cosas tan extraordinarias como la confesión que me hizo Fernando Tejero sobre su homosexualidad, o Ruth Lorenzo sobre su anorexia y bulimia”.
Para comprender qué tiene el Chester que hace que los invitados se sientan tan cómodos como para hablar de su intimidad sin tapujos, debemos empezar por pensar en lo importante que es el tapiz personalizado. Sobre el tapizado, la presentadora nos ha contado una anécdota: “Tenemos un grupo de What’sApp en el que, a veces, decidimos cómo va a ser el tapiz. Hubo una vez que se nos cayó la entrevista a Julio Anguita en pleno ave a Córdoba y fuimos cerrando la de Pablo Pineda en el mismo trayecto pero, claro, el tapiz del Chester no nos valía y tuvimos que encontrar uno allí que nos sirviera…”, recuerda, riéndose y sintiéndose orgullosa de su equipo por su capacidad de reacción.
Además del estampado, en el que cada invitado se ve reflejado, la espontaneidad y relajación de la conversación entre Pepa y su personaje surge también por el gran dispositivo que evita que ambos se vean antes de la entrevista, consiguiendo así que no se cuenten absolutamente nada fuera de las cámaras. “Cuando voy a comenzar la grabación de cada programa parezco Obama. Oigo decir: ‘Que baja Pepa, que baja Pepa…’. No puedo ni cruzarme con mi invitado hasta que le encuentro tal y como lo veis en pantalla, como en las bodas, el novio y la novia”.
“Cerramos una entrevista con Esperanza Aguirre y, luego, la canceló”
Aunque no hemos conseguido sonsacarle a Pepa Bueno a quién votó en las últimas y revolucionarias elecciones municipales- “El voto es secreto”, fue lo que nos contestó- sí hemos sabido cuáles de los candidatos se negaron a sentarse con ella frente a frente. En concreto, fue una sola de las aspirantes, Esperanza Aguirre, la que mareó la perdiz hasta rechazar el Chester: “Teníamos la entrevista cerrada con ella y, no sabemos por qué, pero luego la canceló. De todas formas, sigue estando invitada y yo estoy dispuesta a tener una conversación agradable con ella en cualquier momento. A quien sí veremos pronto en el sofá será a Manuela Carmena y a Ada Colau”, nos ha adelantado, expectante, la presentadora.