"Básicamente, de la construcción europea y a partir de aquí nosotros siempre hacíamos la derivada antiviolencia. Les decíamos que en Cataluña habíamos llegado donde habíamos llegado sin disparar ni un solo tiro. Nuestro objetivo era, no sólo en el rechazo ético de la violencia, además en la inutilidad política de la violencia. No sirve para nada, les explicábamos que en Esquerra nunca había habido ni un milímetro de espacio para la violencia".