Joaquín Sabina alargó la juventud hasta los 50 años pero le pasó factura. No por el ictus si no por la depresión que vino después. Dice que su secreto es decir lo que piensa y que nunca fantaseó con ser cantante. Risto Mejide charla con él sobre un Chester. VUELVE A VER LA CHARLA ÍNTEGRA.