Risto Mejide: Te fuiste a Londres. ¿Cómo encuentras curro?
David Muñoz: Llevaba en Madrid cuatro años cocinando. Cojo la guía Michelin y me pongo a buscar todos los restaurantes que estaban reseñados con estrellas y envíe el currículum a todos. Angela se fue un año antes a bailar. Me fui y me hice 17 entrevistas. Además, con el nivel de inglés estudiado en España no entendía nada. Parecía un indio arapahoe intentado explicar mi experiencia. Menos mal que Angela iba conmigo a las entrevistas y hacía de traductor.
Risto Mejide: ¿Ella hacía de traductor?
David Muñoz: Sí, ella me hacía de traductor y al final escogí el restaurante que más me gustaba de la guía Michelin.
Risto Mejide: ¿Cómo que elegiste?
David Muñoz: Elegí entre los que me dijeron que sí.
Risto Mejide: ¡Te dijeron varios que sí!
David Muñoz: Claro.
Risto Mejide: ¿Cómo que claro?
David Muñoz: Es Londres, es la ciudad de las oportunidades.
Risto Mejide: ¿Qué aprendiste en Londres?
David Muñoz: Aprendí todo. Llegué allí y solo los asiáticos podían cocinar. Los europeos solo podíamos hacer pastelería. Mentí como un bellaco.
Risto Mejide: ¿Hay que mentir para conseguir curro?
David Muñoz: Depende en qué situaciones, creo que el fin justifica los medios.
Risto Mejide: Díselo a los políticos.
David Muñoz: Entré en Hakkasan diciendo que era pastelero y mi noción de pastelería era básica. Estaba bien pero no para un restaurante con una estrella.
Risto Mejide: Llegaste ya bien posicionado cobrando una pasta.
David Muñoz: Sí, con 20 años ya me había comprado una casa en Madrid y me fui a Londres y lo alquilé. Después de estar en Londres, vendí el coche, vendí el piso y montamos Diverxo.