Por primera vez en la historia del programa, Chester será el mismo para los dos invitados del programa. Con una 'L' gigante tapizada, por aquello de ser 'novatos' en el arte de la política, Pepa Bueno aguarda a Pablo Iglesias y Albert Rivera en el centro de almacenaje de Madrid donde se vigilan las papeletas electorales de todos los partidos políticos. Primero Pablo y después Albert, los dos políticos viajarán por separado en un recorrido por su presente, su pasado y su futuro... hasta que la 'magia' de Chester les una en peculiar ‘cara a cara’ final, donde responderán a una serie de preguntas comunes y firmarán al alimón el sofá, destinado a la misma ONG.
Pablo Iglesias: "De pequeño descubrí una de las reglas fundamentales de la política, que es no decir siempre todo lo que sabes"
Admite que no le gusta perder "ni a las chapas" y que "de siempre me ha gustado fardar". Aquel niño que encontró en un armario escondido un Cine Exin regalo de los Reyes Magos y averiguó con su hallazgo "que una de las reglas fundamentales de la política es no decir siempre todo lo que sabes" es hoy uno de los hombres fuertes de la política nacional.
Las encuestas dicen que Pablo Iglesias, y por extensión Podemos, han perdido parte del fuelle con el que insuflaron aire nuevo al bipartidismo nacional. Su líder, sin embargo, tiene claro que la brisa de la ilusión sigue soplando a su favor. "En estas elecciones hay dos opciones, el miedo o la ilusión. El miedo ya sabemos lo que significa, más Esperanza Aguirre, más PP. Y con esta papeleta de Podemos, yo creo que la ilusión va a ganar".
Con el 'caso Monedero' todavía reciente, Pablo se sienta en Chester para hacer balance de daños. Primero, con una defensa enconada de quien fuera su segundo de a bordo: "Juan Carlos no ha cometido ninguna ilegalidad, ni siquiera una falta administrativa. Todos los que habéis insinuado que ha cometido alguna irregularidad, deberíais pedirle perdón". Y después, con un análisis personalista de la salida de Monedero: "Ha sido algo muy doloroso porque además de compañero es mi amigo desde hace muchos años. Pero él no sale de Podemos, sale de los órganos directivos. Es un intelectual que debe volar libre".
¿Y sobre su negativa a compartir sofá con Albert Rivera? Qué tiene que decir Pablo Iglesias? "Lo que no puede ser es que siempre vayamos a la televisión los mismos y que siempre estemos dispuestos a debatir los mismos. Rajoy se tiene que sentar con nosotros. Yo quiero debatir con Rajoy".
Albert Rivera: "No me cambiaría jamás ni nombre por 'Alberto' para ganar unas elecciones"
Dio el salto a la política quitándose la ropa, "una decisión arriesgadísima, y más para mí, que soy una persona tímida", y en pocos años ha conseguido desnudar también a los grandes partidos tradicionales. Sus rivales usan la etiqueta de 'comodín', para referirse a Albert Rivera y a su formación, Ciudadanos. "Cuidado con los comodines, que al final pueden gobernar", se defiende. "Si gobernamos, el cambio será más rápido. Si no gobernamos, se van a ver cambios igualmente". Lo de marca blanca del PP también lo rebate: "Hay una estrategia, hay gente que tiene miedo que le quiten los votos y hace ver una cosa que no es cierta".
Junto a Pepa Bueno y a Chester, Albert entrará en detalle en algunas de sus propuestas políticas más polémicas, como el nuevo IVA, "proponemos lo mismo que en Alemania" o la regularización de la prostitución: "Hay que perseguir la trata de blancas, pero si alguien, voluntariamente, quiere ejercer... podemos pensar que no existe o que hay que regularlo". 'Viajando con Chester' también ahondará en el lado más personal del político. "Quien me conoce bien, sabe que siempre salgo a ganar. Si pierdes, que sea porque el de delante ha sido mejor, no porque te hayas dejado algo guardado en casa".
Albert Rivera admite que la política le ha cambiado la vida, más de lo que quisiera. "El otro día me pasó. Tenía una boda de un amigo, uno de mis mejores amigos que hacía mucho que no lo veía. Me dijo la fecha de la boda, le dije sí, y luego me di cuenta que tenía una entrevista en televisión y la presentación de mi libro ese mismo día. Y no fui a la boda". Advierte, eso sí, que hay algo que no está dispuesto a aceptar: "No me cambiaría jamás ni nombre por ‘Alberto’ para ganar unas elecciones".