Después de una cena tan rica y sorprendente, los invitados de Cósima se esperaban una fiesta por todo lo alto y llenita de color. Colores no les han faltado, pero de fiesta han tenido poco. La diseñadora ha convertido a sus invitados en sus musas y les ha propuesto desfilar con algunos de sus diseños. Lucía Bosé se ha convertido en la Virgen de las bolas, Pablo Carbonell ha causado sensación con su modelito de nubes y David lo ha dado todo, se ha pintado hasta los labios. Sin embargo, a ninguno le ha gustado demasiado el fin de fiesta.