Tras la cena de Belinda Washington, las concursantes de esta edición de ‘Ven a cenar conmigo: Gourmet edition’ se preparaban para conocer a la ganadora definitiva.
Cuando todo parecía indicar que Belinda se llevaría el premio final, Rosa Benito e Irma Soriano, hacían uso de los poderes adquiridos en el primer programa. Rosa, que acababa de puntuar con un 8 la cena de Belinda, le quitaba dos puntos a su compañera. Además, Irma le daba dos puntos extra la propia Rosa.
Por lo tanto, Rosa Benito se alzaba como vencedora de esta edición de ‘Ven a cenar conmigo: Gourmet edition’.
Antes de la decisión final, la última cena corrió a cargo de Belinda Washington. La anfitriona se define a sí misma como una mujer todoterreno que se atreve con todo lo que le echen y que, además, le gusta cocinar. Y nada de limitarse a un solo tipo de cocina, la presentadora es una mujer de mucho mundo.
Con su entrante ‘Hakuna batata’ dejará claro que pasar hambre no es la idea que tiene para su cena del concurso. Y es que este plato es una crema de batata al curry con gambón y una milhoja de mango, foie y vinagreta de frambuesa. Como plato principal servirá un ‘Abrázame’ de lubina salvaje con pisto manchego; y como toque final servirá ‘Multiorgasmos’, una sopa fría de frutas con helado de yogur de arándano y tarta de manzana con granizado de pacharán, un plató en dos partes que procurará mantener el nivel de presentación y sabor de los anteriores.
Belinda triunfó con su doble entrante, las comensales terminaron encantadas con el primer plato que había preparado la anfitriona. Pero el plato principal no tuvo tanta aceptación, un fallo en la cocción del pescado echó al traste todas las ilusiones de la presentadora. “Me ha quedado crudo, qué agobio. He puesto el mismo tiempo de siempre pero me ha quedado crudo”, aseguraba resignada.
“¡Qué peligro tiene esta Belinda!”, decía Rosa Benito al ver aparecer a Pilar Ordoñez con juguetes sexuales en una cesta. La anfitriona había preparado una sesión de ‘tuppersex’ como colofón a la velada.
“A mí es que se me van los ojos a los ‘instrumentos”, decía Rosa entre risas mientras cogía uno de los vibradores. “Esa cosa que han dicho que era para el pene del hombre yo pensé que era para las servilletas”, continuaba Rosa entre risas.