El entrante de Sandra, llamado ‘Geometría colorá con arrullo crujiente’, son unos pimientos rellenos con cobertura de queso gratinado. Su primer plato son unos ‘Tiernos mofletes’, que vienen a ser unas carrilleras de cerdo acompañadas de una guarnición de puré de patatas casero. Y para acabar con el menú, su postre ‘La tentación vive arriba’, es un brownie sobre una capa de mermelada de frambuesa casera. ¿Logrará imponerse con su menú a sus adversarios?
Sandra estaba muy orgullosa de sus ‘Tiernos mofletes’, unas carrilleras con puré de patata. Con lo que no contaba era con que la salsa que acompañaba a la carne, que era su salsa favorita, podría no gustar a sus invitados. Y no gustó. A ninguno. Se lo tomó lo mejor que pudo, pero como fracaso absoluto que fue tuvo que aguantar el chaparrón…
El menú de Sandra no ha gustado a sus comensales. El entrante ha aprobado justito, pero su primer plato y su postre han suspendido con nota bajísima. Con sus invitados un poco plof, la anfitriona solo tenía una opción para remontar: su fiesta. ¡Y lo ha conseguido! Cante, baile y mucha alegría han salvado la noche de Sandra y han dejado a sus invitados con muy buen sabor de boca.
Ha sido una semana intensa en Seseña: los cinco participantes de ‘Ven a cenar conmigo’ se han dejado la piel para hacerse con los 3000 euros del premio final. Tanto ha sido así, que en la última velada todos, menos Manolo, han hecho uso del voto justo pensando en las posibles estrategias que les podrían hacer ganar. Con todo, solo uno de ellos se ha proclamado vencedor y ha sido ¡Sheila! La ganadora ha roto a llorar de felicidad al conocer la noticia: “Me voy a ir con mis hijos de vacaciones que hace mucho tiempo que no me he podido ir”.
Málaga acogerá las cenas de los cinco concursantes que la próxima semana lucharán por los 3000 euros de premio. La tensión estará presente en todas las cenas, en las que los invitados no se cortarán a la hora de juzgar los platos de los anfitriones: de los platos “repugnantes” al “vómito de unicornio”.