Almejas bravas en el menú marinero de Susana
Susana ha preparado la primera cena en un yate de ‘Ven a cenar conmigo’ y ha querido que su menú tuviera toques marineros, pero sin olvidarse el jamón ibérico que tanto simboliza a nuestro país. De primero ha preparado un ‘Lobo de mar enamorado’ (Carpacho de bacalao), de principal una ‘Pasta brava y sin miedo’ (Spaguetis con almejas, gambas y jamón serrano) y ha cerrado su menú con un ‘Dulce de música’ (un crepe de chocolate).
La idea de cenar en un yate no ha terminado de seducir a todos los comensales, pero ya que traían un outfit marinero, se han dejado llevar. Juan ha intentado no decir nada a sus compañeros, pero no ha podido disimular mucho tiempo: se estaba mareando. Se ha puesto en pie y ha ido a cotillear el yate junto a Víctor, pero en el momento que se ha vuelto a sentar, el mareo ha ido en aumento. Susana, muy tranquila, le ha pedido a Víctor que le cambiara el sitio porque la mejor forma de terminar con el mareo era que Juan se colocara mirando a tierra.
El primer plato de Susana había gustado mucho a sus invitados, pero el segundo se estaba haciendo de rogar y Ángela no dudó en decirle a la anfitriona que tanta espera no era normal. A Susana no le sentó muy bien el comentario y llegó a ofrecerle la posibilidad de no seguir esperando sin embargo, cuando Ángela sacó el tema delante de todos, la cosa cambió por completo. Susana no entendía que Ángela la criticara cuando ella ya sabía lo que era ser anfitriona de ‘Ven a cenar conmigo’ y ha terminado llorando de la impotencia.
Tras la tensión siempre llega la calma y tras el ‘Dulce de música’ volvió el buen rollo a la cena de Susana. La anfitriona preparó una queimada para sus invitados y les sorprendió con un mini concierto muy especial. Una joven con una voz prodigiosa consiguió que la emoción se apoderara de ellos y que terminaran la noche con los ojos llenos de lágrimas y el corazón encogido.