Fernando es un agente de seguros de 35 años que sueña con viajar a Turquía para hacerse un injerto capilar y disfrutar ondeando su melena al viento. A pesar de sus problemas de pelo, está hecho todo un latin-lover. Intentará utilizar sus habilidades de seducción para flirtear con Fátima, una profesora de religión y auxiliar de enfermería dulce, guapa y siempre sonriente. Aunque suele decirse que el que tuvo retuvo, no estará claro si este proyecto de pareja tendrá un futuro por delante más allá de una bonita amistad.
Lo que sí resultará evidente será la alianza inquebrantable que ambos formarán nada más conocer a una de sus compañeras. Olga, estricta monitora de fitness, se convertirá en la archienemiga de la parejita nada más entrar por la puerta. Presumirá delante de los demás concursantes de su apodo, “La pantera”, y dejará claro que es gata y araña. Será muy dura con Fernando cuando él critique su cena y jurará venganza felina. Sacará las garras e intentará dejar a sus competidores hechos girones con un sinfín de afiladas críticas.
Sin embargo, otra aspirante responderá a la chica fit con un “pa’ mala yo”. Mara, mujer de 46 años y profesora de danza, está dispuesta a que la minina deje de ronronear. Con su auténtico carácter y su sinceridad arrolladora, conseguirá hacer frente a Olga, aunque quizás intimide un poco al resto de los comensales. Su habilidad para el baile será el instrumento que usará para intentar conquistar al resto de aspirantes al ritmo de flamenco y rumba.
Por último, ya sin el balón en los pies, Miguel regateará todos los conflictos. Este resultón exfutbolista adoptará una política de no agresión que le permitirá agradar a sus compañeros sin mojarse demasiado. Esto hará que se perfile como uno de los favoritos para hacerse con la victoria.