Santiago Abascal decidió celebrar el Día de la Constitución Española en la Plaza de San Jaime en Barcelona, entre la Generalitat y el Ayuntamiento. Una celebración que decidió establecer que el mayor riesgo a la amada Constitución de Vox, era el actual Gobierno socialista apoyado por “golpistas y separatistas”.
Una celebración que se podría tildar de provocadora y que aunque comenzó en tono pacifico, termino con la llegada de un número considerable que grupos de neonazis y fascistas vitoreando y con banderas españolas. Una expresión que fue contestada minutos después por los radicales antifascistas. Una situación de máxima tensión que la políca consiguió mantener controlada.
Ada Colau y el Ayuntamiento de Barcelona ya han anunciado su decisión de tomar medidas al respecto, mientras que Vox echa balones fuera en sus redes sociales y acusa de manera frontal al partido Socialista Obrero Español, cuyos miembros tilda de “chusma”.