El paro de los transportistas, que ya va por el décimo día, ha impedido que muchos productos lleguen a las estanterías de los supermercados. Mucho se está hablando del desabastecimiento y de que muchos productos escasean, como la leche. Pero ¿ese desabastecimiento es real o ha sido provocado porque los consumidores están sufriendo una psicosis colectiva y están comprando de más?
José María Bonmatí, director general de AECOC (asociación de fabricantes y distribuidores) intenta poner luz sobre esta pregunta.
“Cada uno extrapola la realidad de la tienda de su barrio a la que va a comprar. El impacto de este paro está siendo desigual”, ha explicado Bonmatí. Nos ha dicho que el sector ya tiene experiencia en hacer llegar los productos a los consumidores en las circunstancias más extremas, como demostraron durante los peores momentos de la pandemia del covid. “El consumidor ya sabe que la cadena responde, pero a veces se deja llevar por lo que hace otro comprador”, ha añadido, aludiendo a las compras masivas de aceite de girasol y de papel higiénico.
Bonmatí ha contado que “los surtidos se reajustan” y que si un proveedor no es capaz de hacer el suministro se recurre a otro, como ha pasado con el aceite de girasol, que se ha importado desde Argentina o Brasil.