China ha vuelto a situarse en el centro de actualidad, esta vez por una causa sanitaria. El gigante asiático no está frenando los contagios y eso ha derivado en un confinamiento estricto en algunas zonas como Shangai.

Los centros de cuarentena siguen estando activos. En esta zona han ordenado aislar a los niños y los han separado de sus padres, siempre y cuando sus progenitores no hayan dado positivo. Esto ha hecho que la frustración de los ciudadanos crezca al mismo ritmo que los contagios por Covid-19.

El confinamiento se ha decretado de manera indefinida. Los controles policiales invaden las calles y no hay resto de la población china por las aceras de la ciudad.

El país asiático apuesta por el modelo "Covid 0" que busca la contención de los contagios a toda costa. Al confinamiento se le suman testeos masivos obligatorios, todos los días.

Ante el confinamiento la población china ha hecho acopio de comida y no es sorprendente presenciar trifulcas entre ciudadanos en los supermercados. El país ya ha pasado hambre en otros encierros y no están dispuestos a pasar por lo mismo.

Mientras el resto del mundo intenta convivir con el virus, China, con una tasa de vacunación muy baja con respecto a otros países, se estanca en la política del "Covid 0". Los ciudadanos han salido a protestar ante estas medidas.