Las bandas más peligrosas de Madrid y cómo captan a los jóvenes
La edad media de los componentes de estas bandas es muy baja y hasta el 40 % son menores de edad
Captar a los más jóvenes resulta provechoso para el futuro de estas organizaciones
Cerco policial en Madrid: así es plan contra las bandas juveniles
Como si de una película de pandilleros se tratara, en Madrid se han consolidado en las últimas décadas peligrosas bandas que pretenden controlar territorios y barrios de la capital en los que delinquir a sus anchas. Las primeras que aparecieron fueron de origen hispanoamericano –las llamadas “latinas”– y, de hecho, a día de hoy son las más conocidas. Nombres como Latin Kings, Dominican Don’t Play (DDP), Ñetas o Trinitarios se han hecho desgraciadamente populares en la capital, ya que, cada cierto tiempo aparecen noticias relacionadas con algún delito llevado a cabo por sus integrantes. En numerosas ocasiones se trata de ajustes de cuentas por inmiscuirse en territorios que no les corresponden.
Eso sí, las bandas “latinas” ya no son las únicas que hay en Madrid, sino que se han formado otras con personas originarias de zonas del mundo como Marruecos o Rumanía, a las que hay que sumar los grupos en los que los miembros son españoles.
MÁS
Las bandas más peligrosas
Para nombrar a las bandas más peligrosas de Madrid, hay que referirse a las ya mencionadas, aunque en el caso de los Latin Kings, su presencia disminuyó después del intenso trabajo policial para acabar con ellos. Así pues, DDP, Ñetas o Trinitarios podrían encabezar este ranking. Sin embargo, lo que más llama la atención es la juventud de sus integrantes, ya que se estima que cuatro de cada diez aún no son mayores de edad. ¿Por qué se da este hecho? ¿Qué lleva a adolescentes e incluso niños a enrolarse en estos grupos delictivos? La principal razón la encontramos en la capacidad para captar a nuevos “reclutas” por parte de los miembros más veteranos.
Cómo captan a los jóvenes
Como cabe esperar, las personas encargadas de captar a los más jóvenes tienen altas dotes de manipulación y saben dónde y cómo acercarse. Desde la salida de los colegios, hasta los parques, cualquier sitio donde los menores se junten es un buen lugar para atraerlos a la banda, incluso en las redes sociales. De hecho, muchos de los nuevos integrantes comienzan con solo 12 años. Y claro está, a esas tiernas edades deben pasar alguna prueba de acceso que puede llegar a ser un asesinato.
Pero ¿qué les ofrecen para formar parte de una banda que en la mayoría de las ocasiones se encuentra al margen de la ley? Los argumentos suelen ser los siguientes:
- En primer lugar, las bandas suelen presentar actividades ilícitas como algo emocionante y atractivo para los jóvenes. Son muchas las películas y videojuegos en las que se ve la vida de una banda como algo excitante, con lo que siempre es una buena forma de atraer a los jóvenes.
- Por otra parte, ofrecen un entorno donde se sienten aceptados y valorados, lo que puede ser especialmente atractivo para aquellos que se sienten excluidos en otros ámbitos. Esta táctica es básica a la hora de reclutar a individuos en cualquier banda violenta.
- Es más, las bandas pueden proporcionar una sensación de seguridad y protección en entornos hostiles. Formar parte de una banda supone que un grupo respaldará ante cualquier peligro, cuando la propia pertenencia a ese grupo es realmente lo que pone en peligro.
- Asimismo, el acceso a recursos es un argumento muy común. Las bandas pueden ofrecer acceso a dinero, drogas o armas, lo que puede ser muy tentador para algunos jóvenes.
- Finalmente, la presión de los amigos o conocidos para unirse a una banda puede ser difícil de resistir. De hecho, los captadores siempre llegan a los nuevos miembros a partir de personas conocidas.
¿Por qué tan jóvenes?
La respuesta a esta cuestión también tiene dos vertientes que se deben explorar:
- La primera de ellas es que a esas tiernas edades es más sencillo manipular a los miembros de la banda para que hagan lo que sea necesario por ella.
- Y la segunda es que los menores de edad no deben enfrentarse a castigos y penas tan severas como los delincuentes que ya han cumplido los 18 años.