Beatriz Flamini entró en noviembre de 2021 en una cueva de Granada. Participando en un experimento sobre la aislación, la alpinista española ha pasado 500 días a 70 metros bajo tierra. Allí ha permanecido sin luz natural, completamente sola y sin contacto con el exterior.
Durante este tiempo, Beatriz ha hecho deporte, ha leído 60 libros, ha escrito relatos y ha dibujado. Su estado emocional ha ido variando constantemente con el paso del tiempo. Flamini ha pasado de estar eufórica a tener alucinaciones y problemas de memoria.
"Estoy satisfecha, me he quedado muy a gusto. Me causa mucha curiosidad, mucha fortaleza y mucha alegría", explica, aunque afirma que la ausencia de ruido era pesada. "Siempre es el mismo silencio, el goteo. No es que el tiempo pasa mas rápido o mas lento, es que no pasa", deja claro.
Un equipo de profesionales y psicólogos ha monitorizado su proceso de aislamiento y desorientación extrema. "No quería salir, me he llevado conmigo misma", afirmaba.