El tenso encuentro de una ucraniana y un ruso en el plató de 'Todo es mentira': "Hace un año que no veo a mis padres"
Natasha escapó de Ucrania y vive en Zaragoza con sus hijos
Maksim huyó de Rusia para no tener que combatir en el frente
Natasha ha rechazado sentarse en la mesa con Maksim
Natasha Ivzhenko es una mujer ucraniana que abandonó su país junto a sus hijos y vive actualmente en Zaragoza. Desgraciadamente, lleva un año sin ver a sus padres y mucho tiempo sin ver a su marido, que tuvo que quedarse en Ucrania, donde sirve al ejército arreglando vehículos.
Maksim Kurmaev es un hombre ruso que ha huido de su país para no tener que luchar en el ejército. A pesar de estar incumpliendo la ley y faltando a las órdenes del Gobierno, está contento con su decisión. Este gimnasta profesional ha dejado atrás sus dos gimnasios y su vida deportiva para poder ser fiel a su valores.
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Los dos han coincidido en el plató de 'Todo es mentira', protagonizando un tenso encuentro: "En el hotel conocí a muchas personas ucranianas y ahora tengo muchos amigos de Kiev con quienes hablo. Hay varias personas que prefieren tratarme como si no fuera ruso. Yo no pienso en eso. Si es una persona buena con la que tengo cosas buenas en común…", aseguraba él.
Sin embargo, Natasha se mostraba mucho más hostil y se sentaba entre el público, negando a compartir mesa con el ruso. "Yo no digo que todas las personas son iguales, ni que todos los rusos sean iguales. Pero no entiendo este silencio. A nosotros nos están matando y salimos a las calles. Aprovechamos la ocasión en cada ciudad europea. No estamos cayados. Vamos con las banderas, vamos así vestidos para recordar que la guerra continúa y que cada día muere gente", aseguraba.
"Qué suerte tienes tú por tener a tu familia cerca. Yo hace un año que no veo a mis padres. No siento el toque de mi madre, ni al abrazo de mi madre. Mi marido hace mucho tiempo que no ve a sus hijos", decía emocionada.
Kurmaev se mostraba comprensivo con Natasha y aseguraba entender su postura: "Yo la entiendo. Tengo casi toda la familia aquí. Mi mamá no tiene que correr al sótano cada noche teniendo miedo. La entiendo perfectamente y quiero decirle que deseo que sea muy fuerte y que todo termine muy muy pronto".
La triste historia de Natasha
"Ojalá este sea el primer aniversario y el último, es lo que sueño y lo que creo yo. Nos fuimos el 20 de marzo y llegamos a Zaragoza. Yo me convertí en madre, en padre, en abuelos…Sigo viviendo en Zaragoza cuidando a mis dos hijos. Me cuesta, me duele mucho…la herida que hicieron los rusos es muy profunda, pero no queda otra. Tengo dos opciones, estar en casa llorando sin hacer nada, o hacer todo lo posible para que mis hijos sigan adelante", ha contado Natasha muy afectada.
Maksim: "Estoy incumpliendo la ley"
Por otro lado, Maksim ha hablado de su huida de Rusia: "Si estuviera en Rusia hay dos opciones. O tengo que ir a hacer la mili y luego a luchar o la cárcel por desertor y no respetar al Gobierno. Ahora hay muchas leyes que no estoy respetando. Sería muy peligroso para mí volver. Me vine con mi hija y mi esposa. Si yo estuviera allí, tendría que estar en el ejército de Rusia. Irme del país ha sido una de las mejores decisiones que he tomado", explica.