Un joven de 28 años ha fallecido en Mallorca (España) mientras practicaba pesca submarina. Los hechos se producían cerca del Cabo Ses Salines y, cuando los equipos de rescate llegaron a la zona donde se encontraba el joven -un lugar bastante alejado de la costa- no pudieron hacer nada para rescatarlo.
Y es que el joven se encontraba aproximadamente a 1,4 kilómetros del Cabo Ses Salines y en torno a las 3.20h de la tarde, una embarcación que pasaba por la zona encontraba ese cuerpo ya sin vida. A pesar de los esfuerzos de los servicios sanitarios, no hubo forma de salvarlo.
Ángel Gallart, formador y director de un centro buceo en Valencia, ha señalado en 'Tiempo al tiempo' que es complicado saber exactamente qué le ha podido pasar al joven: "Muchos factores intervienen en la situación. Puede ser, a lo mejor, un exceso de celo por su parte a la hora de bucear y querer capturar alguna pieza. Demasiadas subidas y bajadas...".
Todo esto, según el director del centro de buceo, "causa un problema a nivel de sangre y de acumulación de CO2. Llega un momento en el que el cuerpo dice: hasta aquí hemos llegado. Ahí deja de funcionar y evidentemente hay un desmayo de por medio. Eso complica la situación con una asfixia o ahogamiento por el desmayo producido".
Si hay un riesgo a los que se exponen aquellas personas que practican pesca submarina es que están solos ante el peligro: "Esto es una laguna que hay en esta práctica. Deberían ir acompañados por su propia seguridad y por su propia persona. Y sobre todo, si pasan situaciones así, poder solventarlas con la ayuda de alguien próximo", subraya Ángel Gallart en 'Tiempo al tiempo'.
"Si ocurre cualquier circunstancia, están completamente solos y no hay forma de salvarlos ni de prestarles ayuda, hasta que la situación es tardía y no tiene solución", añade Ángel Gallart. En cuanto a los códigos de buceo que tienen desde el centro que regenta Ángel, destaca que tienen unos protocolos de seguridad muy importantes: "Siempre deben ir, como mínimo, dos personas".
Pero no acaba ahí: "Hay señales que nos hacemos debajo del agua a la hora de tener un problema. En el equipo llevamos dos segundas etapa por si acaso tenemos que usar una en una situación de emergencia. La seguridad, ante todo. Además, está regulado y tenemos que cumplir con ello". Lo que está claro es que el submarinismo es un deporte precioso, pero que "hay que llevar a rajatabla en cuanto a normas para no sufrir las consecuencias de esa desgracia en Mallorca", concluía Mario Picazo.