“Armageddon”, “Deep impact”, “Meteoro”, “Greenland”... Estos son solo algunos de los títulos cinematográficos en los que un cuerpo celeste se dirige irremediablemente a la Tierra, poniendo en peligro de extinción la vida sobre nuestro planeta. En algunos casos consiguen pararlo de manera inverosímil y en otros los protagonistas deben sobrevivir a un impacto que puede acabar con la humanidad.
Obviamente, esta es una situación que resulta harto complicada que suceda. No en vano, la NASA cifra las posibilidades de que nos tengamos que enfrentar a un suceso de este tipo: una entre 150.000, o lo que es lo mismo, un 0,00089 %. Sin embargo, en el imaginario colectivo está el meteorito que teóricamente acabó con los dinosaurios y las diferentes películas que se han filmado abordando este tema. Por ello resulta noticiable que, de acuerdo con los cálculos realizados por científicos rusos, en el año 2029 un asteroide pasará muy cerca de la Tierra. Y cuando hablamos de “cerca”, nos referimos a las dimensiones que se manejan al hablar del espacio exterior.
El Ministerio de Emergencias de Rusia considera que el asteroide tiene el tamaño de la Torre Eiffel parisina y cuenta con la potencia de 30 bombas nucleares como la famosa Zar (Tsar), la de mayor potencia que se ha detonado en la historia de la Tierra. Este asteroide pasaría solo a 39.000 kilómetros de nuestro planeta, una cifra impactante si tenemos en cuenta que la Luna orbita a 384.400 kilómetros.
A pesar de todo, según informa la agencia EFE, la NASA estadounidense ha dejado claro que el paso de este asteroide no representa peligro alguno, sino todo lo contrario, pues lo consideran una gran oportunidad para estudiarlo y saber más sobre los objetos extraterrestres.
En cuanto al nombre que le han dado, este asteroide de 340 m de diámetro se conoce como Apophis. Sin duda se trata de una denominación que da que pensar todo lo contrario a lo expuesto por la agencia espacial estadounidense. Y es que Apophis es el término griego para la palabra egipcia Apep, en cuya mitología da nombre a las fuerzas maléficas que habitan en las tinieblas. Es decir, Apophis es algo así como la encarnación del caos. Y hay que mencionar que el momento en que pasará más cerca será un viernes 13, una fecha que remite a la mala suerte en el mundo anglosajón –en España son los martes y 13–.
Aunque su próxima presencia (en cinco años) se ha convertido en noticiable, lo cierto es que los astrónomos hace ya tiempo que lo vienen observando, como a casi todos los cuerpos celestes visibles. Y nunca han considerado que Apophis vaya a suponer un peligro real para el futuro de nuestra especie.
Eso sí, unos 2.000 millones de personas podrán verlo a simple vista, sin necesidad de prismáticos o telescopios, lo que da una buena muestra de lo cercano que estará del planeta. Y afortunadamente para los habitantes de nuestro país, será visible en Europa Occidental y en el norte de África.
Para lo que realmente dicha cercanía servirá será para estudiar al asteroide. O eso al menos es lo que se han propuesto tanto la NASA como la ESA (Agencia Espacial Europea). Y para ello también han tirado de mitología egipcia para nombrar a las misiones. En el caso de la agencia norteamericana, lo cierto es que la misión Osiris-APEX es la continuación de la Osiris-REx que ya tomó muestras del asteroide Bennu. Su objetivo es “cuantificar las fuerzas de marea de la Tierra en un asteroide potencialmente peligroso” y tomar “imágenes en vivo, nunca vistas antes, de la superficie del asteroide con nuestro planeta de fondo”, según la Agencia EFE.
Por su parte, la ESA está considerando poner en marcha la misión RAMSÉS para visitar Apophis durante su paso cercano a la Tierra, aunque realmente llegaría al asteroide unos dos meses antes.
En ambos casos, la llegada de Apophis puede ayudar a conocer un poco mejor los insondables secretos que guarda el cosmos, muchos de los cuales desconocemos todavía.