El bronceado saludable no existe: el truco de una dermatóloga para broncearse sin tomar el sol

Cada año que se acercan los meses de verano, los expertos repiten una y otra vez la misma máxima: el bronceado saludable no existe. Es decir, ponerse moreno no es, ni mucho menos bueno para nuestra piel, por mucho que la publicidad o los cánones de belleza digan lo contrario. 

Son precisamente estos últimos los que nos “invitan” a broncearnos y “coger color”, si es posible tomando baños de sol en la playa o en la piscina. Por supuesto, siempre es recomendable ponerse crema protectora, pero ni aún así broncearse es saludable para nuestra piel, con lo que siempre vendrá bien conocer algún truco para ponerse moreno sin tomar el sol.

Morenos sin tomar el sol

Tal y como podemos ver en una publicación de Instagram de la doctora Ana Molina, especialista en dermatología, no solo avisa de lo crucial que es salvaguardar la piel frente a la acción solar (la cual solo dura un mes y no merece la pena aquello de “un mes bronceado y toda la vida dañado”), sino que también apunta un truco para tener el tono deseado sin necesidad de exponer demasiado nuestra piel.

En esa misma publicación, la dermatóloga explica que los autobronceadores son una excelente alternativa: “La forma más eficaz para que nos dure el bronceado o para tener un bronceado sin que nos dé el sol son los famosos autobronceadores”, ya que son capaces de dar un tono muy natural. Es decir, esta especialista apuesta por los cosméticos para lograr ese efecto moreno tan deseable en los meses más calurosos del año. 

La necesidad de estar morenos

El consejo de la doctora Ana Molina  no viene sino a corroborar la “necesidad” de estar morenos, ya sea como elemento estético o para demostrar que hemos tenido tiempo de disfrutar de la playa, de la montaña, de la piscina o simplemente de un rato al sol sin trabajar. 

No obstante, no importa cómo se quiera “disfrazar”, el bronceado saludable no existe. Según la Agencia Internacional de Investigación contra el Cáncer “el bronceado es una reacción cutánea de protección frente a las lesiones causadas por los rayos UV procedentes del sol o de fuentes artificiales intensas (como las camas solares)”. Y añade lo siguiente: “Esto quiere decir que una piel bronceada ya es signo de lesión causada por el sol, por lo que no existe un ‘bronceado saludable’. Si la exposición al sol es intensa y dura más, le causará una quemadura”.

Asimismo, la exposición al astro rey provoca la aparición de lunares y pecas, además de provocar un envejecimiento prematuro de la piel por culpa de la radiación ultravioleta.

Cuidado con los días nublados

Aunque la climatología en España invita a pensar en días soleados durante los meses de estío, en ocasiones las nubes se adueñan del cielo y ayudan a que las temperaturas se templen. Es en esos momentos cuando es habitual dejar de tomar precauciones, pero supone un gran error, ya que, según la citada Agencia Internacional de Investigación contra el Cáncer, “también en un día nublado o brumoso es posible quemarse, pues hasta un 80 % de la radiación UV atraviesa las nubes o la bruma”.

De igual modo ocurre con las sombrillas que se suelen utilizar en la playa para evitar el efecto solar. En este caso solo frenan en torno a un 40 % y un 50 % de los rayos UV, con lo que siempre hay que aplicarse crema protectora solar, incluso si se opta por el autobronceador. 

Propiedades de la luz solar

Uno de los argumentos que existen a favor de exponerse a los rayos solares es que aportan vitamina D a nuestro organismo y, por lo tanto, resultan beneficiosos. Esto es cierto, exponerse al sol además de saludable es necesario para obtener esa vitamina D que tanta falta nos hace. Sin embargo, con exponerse entre diez y quince minutos en primavera y verano cerca del mediodía es suficiente para producir el nivel de vitamina D que necesitamos realmente.

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