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José ha entrado en ‘First Dates’ con una rosa en la mano y asegurando que es un tipo detallista “no soy catalán, pero llevo muchos años en Cataluña”. Ha estado casado muchos años, pero ya lleva unos 10 años solo y asegura que por el día lo lleva muy bien, pero que por la noche cuando se sienta en el sofá se pregunta “¿Qué hago solo?”. No tiene un prototipo de mujer, solo espera que su cita sea una mujer honrada a la que le guste pasear por las mañanas.
Él le ha contado a Carlos Sobera que es un tipo muy activo y que le gusta mucho viajar de hecho, tiene una casita en Punta Cana “Cuando me jubilé invertí allí, aquí no te comprabas ni un local y allí tengo mi casita en la playa”.
Cristina, su cita, es feliz cuando las personas de su alrededor son felices. Le cuesta mucho llegar a casa y no tener con quién compartir su día o el tema de la película “me cuesta, soy muy expansiva”. Al verla, José ha tenido la sensación de que tenía una cara que le resultaba muy familiar. Le ha entregado una rosa y ella ha sentido que era todo un caballero.
El soltero ha querido saber de dónde era su cita y ella le ha contado que era de Andorra, pero que tenía familia en Reus. El destino ha querido que José hubiera trabajado para un restaurante de su familia y que la cita empezara con cosas en común. A ella le ha gustado que José fuera jefe de cocina, pero él se ha mostrado muy modesto “un cocinero normalito”.
La cena ha comenzado hablando de sus relaciones y José le ha contado que su matrimonio se rompió cuando él se marchó a trabajar a República Dominica. A Cristina le ha parecido que su cita era un tipo que había arriesgado, pero cuando le ha dicho que tenía su casa allí y que buscaba a una pareja que se fuera al país latino con él, ya no le ha gustado tanto la idea “lo de viajar gusta mucho a la gente, pero a mí, no”.
Hablando de sus orígenes, los dos han coincidido en sus raíces andaluces. José le ha contado que él era de “Cabra, el pueblo más bonito de Córdoba” y ella de un pueblecito no muy lejos de allí. El soltero ha sentido que entre ellos había mucha conexión, pero “igual me equivoco”.
Cristina le ha confesado que tiene un problema porque le gustaba “todo y nada”, ambos tienen la sensación de que todo en buena compañía es bueno, pero nada le gusta demasiado. José estaba convencido de que Cristina buscaba a un hombre como él y le ha confesado que él tenía todo lo que él desearía “del 1 al 10, te voy a dar un 11, una persona fabulosa”.
José ha adelantado a la hora de pagar y ella le ha adelantado que tendrían alguna otra cenita. Algo que han corroborado en el momento de la decisión final. Han estado muy bien junto y José ha tenido las cosas muy claras “hay que ir a Andorra a ver la nieve”.
