Iván intenta estar siempre en la vanguardia “o te actualizas o mueres”. Es un soltero con la autoestima alta “no soy perfecto, pero sí casi perfecto”. Ha estado metido en el armario hasta los 29 años cuando consiguió su cambio físico y seguridad para dar el paso de decirlo “ahora voy a todo tren, a probar y descubrir todo lo que me he perdido anteriormente”. En ‘First Dates’ viene a buscar una pareja formal con la que tener estabilidad y poder compartir su tiempo. Lo mismo que buscaba Erik de '¿Quién quiere casarse con mi hijo?'.
Javier, su cita, es profesor y lo que más le gusta de su profesión es que parte de lo que será sus alumnos será responsabilidad suya. Al verle, Iván se ha llevado un chasco porque no le ha gustado “No me gustan los tíos engominados y con chaqueta”. Los dos han descubierto que son de la zona de Sevilla y Javier le ha contado que es profesor de Física y Química en institutos. A él tampoco le ha gustado Iván a primera vista “no es el tipo de chico en el que yo me fijaría”.
Mientras esperaban la cena, los solteros han comenzado a conocerse y Javier se ha sorprendido al saber que Iván solo tenía 35 años “te saco 14, eres muy joven”. Iván le ha contado que había tenido una única relación y Javier ha sentido que entre ellos había un abismo “yo he vivido mi sexualidad desde los 16 años y he estado casado 19 años”.
No se estaban gustando y poco a poco, la conversación ha ido convirtiéndose en silencios. Javier ha intentado conocer a Javier, pero él se ha limitado a responderle con monólogos y él se sentía “un entrevistador”. Iván no quería darle mucha información porque no quería tener nada con él, pero Javier lo ha sentido como una falta de educación. De hecho, ha sentido ganas de “tirarle la tiza y decirle ‘échame cuentas, no estés mirando para los lados que estoy aquí”.
En el tema político, Iván le ha dicho él se limita a votar y poco más, y ha alucinado con la pasión de su cita por la reina Letizia “la pasión que siente me parece de mariquita viejuna sevillana”. Es más, le ha soltado un “soy republicano, sobran los reyes”.
El soltero no ha tirado la toalla y ha seguido buscando temas de conversación una y otra vez. A él le gusta mucho el cine y ha querido saber si Iván era cinéfilo, pero él le ha dicho que no solía ver nada más que Harry Potter. El soltero ha sentido que la actitud y los gustos de su cita eran un poco inmaduros, y a ratos, parecía que estaba en una de sus clases.
La cita se había convertido en un encuentra las siete diferencias e Iván estaba deseando salir corriendo del restaurante. En un gesto de caballerosidad, Javier se ha ofrecido a pagar la cena, pero Iván ha insistido en que cada uno pagara lo suyo “Hazme caso, a medias”.
En el momento de la decisión final, los dos han tenido claro que no querían repetir. Iván le ha dicho que además de la edad, no tenían nada en común y Javier le ha dado la razón “me he sentido un entrevistador más que en una cita de dos personas maduras”.