Nacho Navarro visita una cárcel francesa y lo que más le llama la atención a Iker Jiménez son los distintos grafitis que se encuentra en algunas de las paredes: el arte del que está encerrado, el arte del enfermo mental. Los dibujos proyectan a personalidad de una persona y, si se produce en una cárcel no es de extrañar que sean tan llamativos estos trazos sobre las paredes.
A través de la sección ‘Abandonalia’, que muestra en ‘Cuarto Milenio’ ese mundo abandonado pero que nos sigue hablando, Nacho Navarro se adentra esta cárcel del norte de Francia, aunque reconoce que no es tan fácil llevarlo a cabo en España debido a los permisos que solicitan para poder emitirse por televisión.
En este sentido, Navarro lamenta que hayan tenido que salir del país para grabar en una cárcel abandonada cuando en España “hay cárceles espectaculares”. Se trata de la cárcel más importante del siglo XIX y la única que queda en el mundo intacta de esa época (el resto se han ido modificando con el paso de tiempo).
La cárcel en cuestión se encuentra en una zona de Normandía donde el índice de criminalidad fue muy alto. Cuenta con solo cuatro alcachofas de ducha y un solo retrete para todos los presos. Los dibujos de los que estuvieron presos son de mujeres, de hombres que te miran fijamente, de símbolos religiosos…