Ascensión se define como “una señora de los pies a la cabeza” y asegura saberse comportar en cualquier lugar, vestirse para las ocasiones, utilizar los cubiertos, ser femenina, pero no coqueta, tener calidad humana y estar educada a la antigua. Lleva 35 años soltera y ahora se arrepiente de no haber elegido a los hombres que la pretendieron “ya no queda ninguno”.

Asegura que le han pretendido hombres de diferentes status sociales y algunos muy guapos “para haber tenido una noche loca”, pero su dignidad y su forma de pensar no se lo permitieron. Ahora está buscando a un caballero “un hombre que me respete, sepa tratar a una mujer y me haga feliz”. El padre de sus hijos se lo hizo pasar muy mal, se quedó marcada y aunque siente que ya es tarde, le gustaría encontrar a un hombre que le haga feliz el resto de su vida.

Vicente, su cita, es un tipo extrovertido al que le gusta mucho hacer feliz a la gente. Es muy activo “a veces un poco acelerado”. Ha sorprendido a Ascensión con una bonita rosa. Han comenzado la cita hablando de su lugar de residencia, de que los dos vivían en la zona de Valencia. Él estaba encantado con Ascensión, pero ella ha sentido que “en el físico no han acertado”.

Ascen ha querido que Vicente lo supiera todo de ella y le ha comenzado a contar su vida desde que era una niña de 6 años y cantaba en el coro de la iglesia. Quería que supiera que había tenido una buena educación y que era madre de dos hijos. Vicente ha querido saber si tenía dos hijos o hija e hijo, pero Ascen no le entendía la pregunta y han entrado en una discusión sin sentido hasta que ella lo ha entendido.

La soltera no paraba de hablar y Vicente ha querido que ella también supiera que tenía una nieta y dos hijos, pero ella no se ha tomado nada bien que la cortara. Ascen ha vuelto a tomar la palabra y le ha dicho que ella había tenido muchas oportunidades en el amor y con gente muy selecta “hasta un torero”. Vicente le ha seguido la corriente, pero ha sentido que de lo que decía la mitad.

Ascen le ha dicho que tenía un premio de baile y que su matrimonio se rompió porque se iba “con mujeres de vida alegre”, algo que acabó con su autoestima “en 10 meses perdí más de veinte kilos”. Vicente se ha empezado a poner nervioso porque sentía que Ascen solo hablaba y no escuchaba, pero ella ha sentido lo contrario. Está convencida de que ella sabe escuchar muy bien e incluso, le ha recriminado a su cita que hablara más bajo que estaba chillando y se iba a enterar todo el restaurante.

En el reservado, los solteros han continuado inmersos en una guerra abierta por ver quién tenía el turno de palaba y Vicente no ha podido más. Al escuchar a Ascen volver a hablarle de su ex, le ha pedido que se olvidara del pasado y comenzara a hablar del aquí y el ahora. De repente, ha comenzado a sonar la música y tras un sustazo, el soltero se ha quitado la americana y lo ha dado todo al ritmo de salsa cubana.

A Ascen le ha gustado mucho que Vicente supiera bailar y le ha dicho que sí a una segunda cita. Él ha sido sincero y le ha dicho que se lo había pasado bien, pero que como pareja no quería repetir. Le ha explicado que había sentido que no le había preguntado nada “no me has dejado hablar”. Una afirmación, que ha indignado a la soltera “no me has dejado tú a mí, me has cortado tres veces”. Además, ya que estaban metidos en un momento sinceridad, ella le ha dicho que físicamente tampoco le había convencido.