Iker Jiménez anuncia un cierre “no tan serio como otras veces porque también hay que divertirse” y confiesa que cree mucho en las señales: “Me dejo llevar por ella. Pensamos que es una corazonada, un pensamiento que se nos cruza, pero muy potente. Es una especie de radar que tenemos desde que somos seres humanos, pero, muchas veces, como nos racional lo que nos dice, no hacemos caso”.
Iker nos cuenta que él siempre intenta hacer caso a estas señales y recuerda una anécdota que contó hace unas semanas y dos fotografías: “El cine donde yo iba con mi madre de pequeño, sin atisbar siquiera que Madrid iba a ser mi casa, es el mismo edificio donde un grupo de chavales empezó una cosa que se llamaba ‘Milenio 3”.
Misma manzana. Mismo bloque. Mismo lugar. Además, hay otra coincidencia: el cine cerró sus puertas en el año 2002, justo el año en el que comenzó a emitirse el programa. “Para alguien racional, esto es una chorrada y no vale nada. Ah, para mí sí vale. Quién me lo iba a decir a mí, ahora que está tan de moda criticar a Madrid por parte de, no sé, algunos que se deben creer muy listos…”.
“Yo siempre digo ‘Viva Madrid’, que es un lugar que me lo ha dado todo y es un lugar donde nadie es extranjero y eso no pasa en todos los lugares del mundo. Tenemos una ciudad maravillosa. Con sus problemas, como todas. Pero qué mágica es Madrid. Qué mágica. Fíjense si es mágica que un niño va a un cine de pequeño donde daban dibujos, con su madre porque su papá estaba en la mili, y quién le iba a decir a ese crío que iba a trabajar en ese edificio porque ahí estaba Cadena SER”.
Tras esto, Iker vuelve a centrarse en el poder e las señales: “Ustedes también las tienen. Están en todas partes, algo nos quieren decir”. La reflexión completa de Iker, en el vídeo.