Carlos Sobera alucina con la edad de un soltero de ‘First Dates’: “La madre que me parió”

Juan tiene la sensación de que viene de una época anterior y que tiene que hacer lo posible para engancharse a la sociedad moderna en la que vivimos. Al saber los años que tiene, Carlos Sobera ha exclamado un “¡La madre que me parió!”. El soltero de ‘First Dates’ está estupendo a sus 86 años. Durante su paso por el programa le gustaría encontrar a una mujer sencilla, activa, que le guste hacer cosas y “qué menos que un viajecito al año o si se puede, dos”. Le gusta mucho escribir y le ha entregado al presentador una notita para su cita.

Lucinda, su cita en ‘First Dates’, le apetece encontrar un hombre con el que tomar un café, irse de vacaciones, “que me mueva”. No quiere una pareja de hecho, pero igual sí “de deshecho”. Al verla, Juan se ha llevado una alegría porque Lucinda le ha gustado mucho, de hecho, rápidamente se ha puesto en pie para leerle el poema que había escrito para la ocasión.

A Lucinda no le importa la distancia entre Vigo y Ciudad Real: “Hoy en día hay trenes y aviones”

Mientras esperaban la cena, los solteros han hablado de sus lugares de residencia. Lucinda le ha dicho que era de Vigo y no ha tenido muy claro dónde estaba Ciudad Real, pero sí que hoy en día las distancias no son un problema para el amor “hay trenes, aviones y autobuses”. Le ha parecido bien verse de vez en cuando y que Juan fuera a verla a Vigo y quedarse con él en un hotel “en mi casa no porque vive conmigo un nieto mío”.

Lucinda es viuda y Juan le ha contado que él era soltero, pero que no entraba en un bar si no era para tomar un café con un amigo. Juan le ha dicho que él era un hombre apañado y a ella le ha parecido bien, pero también ha tenido claro que ella no quiere “a un marujo a su lado”. Le ha visto como un hombre educado y sin vicios.

Juan ha querido saber qué estaba buscando Lucinda y ella le ha dicho que en principio buscaba a alguien para pasar unos días, salir, irse de vacaciones, pero que en principio no quería nada serio. A él le ha parecido bien y se ha visto viviendo en Vigo con su cita, pero le ha dejado claro que de vez en cuando tendrían que ir a dar una vuelta a su casa para comprobar que estaba todo bien. En mitad de la cena han comenzado los piropos y ella le ha dicho que también estaba muy bien. Lucinda está acostumbrada a gustar mucho “de joven levantaba muchas pasiones”.

Lucinda se hace de rogar en el reservado: “Besos aquí no”

Juan estaba encantado con Lucinda y no ha dudado en decirle que le estaba gustando mucho. En el reservado, la soltera le ha dejado claro que ella era muy cariñosa, pero que le gustaban las cosas poco a poco y en la intimidad, por lo que el beso que les ha tocado darse ha sido un beso de amigos. El soltero le ha dicho que le gustaba mucho ver a la mujer en ropa interior y que le gustaba el color negro y el granate. La temperatura ha ido subiendo, pero cuando Juan le ha pedido un beso, ella le ha dicho que no.

Eso sí, antes de la decisión final, le ha regalado un par de piquitos y le ha dicho que sí a una segunda cita “es un caballero y una persona que me gusta mucho”.