Stefan ha llegado a ‘First Dates’ cargadito de cosas, se ha traído hasta el clarinete y es que, el soltero es profesor de música y quería demostrar su arte a su cita. Para Stefan la música es muy importante y ha ganado varios premios “me gusta mucho componer y compongo sobre lo que ha pasado en mi vida y mis reflexiones para el futuro”.

Nunca ha tenido pareja y nunca ha tenido sexo “no puedo tener sexo con cualquiera, tiene que ser alguien muy guapo”. Stefan ha esperado a Alejandro, su cita, preparado para tocarle una canción. Su cita siempre se ha dedicado al mundo de la danza y desde pequeño, su abuela le ha cosido los trajes.

Al verle tocar el clarinete a Stefan, a Alejandro le ha entrado un poquito de risa floja, pero poco a poco le ha ido gustando mucho su música. A Stefan le ha gustado mucho su cita y que viviera en Madrid como él, aunque le ha confesado que nació en Londres y que había vivido media vida en cada ciudad. Alejandro le ha contado que estudia periodismo y ha hecho algunos pinitos en el mundo del modelaje.

Ya degustando el primer plato, Stefan le ha hablado a su cita de sus aficiones, entre las que ha destacado la música, el gimnasio y los photocalls. A Alejandro también le gusta mucho probarse ropa y ha sido Míster Melilla. El soltero ha querido saber más sobre los orígenes de Stefan y él le ha contado que había nacido en Londres y que desde que vino a España ha estado viviendo en un colegio internacional “pijo” en Soto de Viñuelas para mantener su nivel de inglés.

Alejandro ha querido saber cómo le había ido a su cita en el amor y se ha sorprendido al saber que Stefan era virgen a los 20 años. Eso sí, ha coincidido con él en que quería una relación monógama. Cuando está enamorado, Alejandro puede ser un tipo muy cariñoso o una piedra. Stefan por su parte, le ha dicho que él cuando está enamorado está “nervioso”.

En el reservado, ha comenzado a sonar un vals y los solteros se han atrevido a bailarlo. Stefan se estaba imaginando darle su primer beso a Alejandro, pero a él su físico no le había entrado por los ojos.

En el momento de la decisión final, Stefan ha dicho que sí a una segunda cita porque ha sentido que tenían muchas cosas en común, pero su cita le ha dado calabazas porque él está buscando madurez y siente que el joven todavía no ha salido del cascarón. Con pena, le ha devuelto la rosa que le ha regalado al conocerse.