Iván, de 25 años, es un soltero que trabaja como dependiente en Madrid. Se considera una persona guapa porque, según cuenta, la gente se lo dice. Además, tiene claro que va a tener un buen nivel de vida porque le gusta la informática. Y le gustaría que su otra media naranja sea intenso, pero que "tampoco se pase". Su cita iba a ser Alejandro, de 24 años, que aseguraba ante las cámaras de 'First Dates' que liga mucho.
La primera impresión al verse por primera vez en el restaurante era muy buena por parte de ambos. De hecho, a Alejandro le gustaban especialmente los ojos de cita: "Me parece una persona muy atractiva". Laura Boado, como maestra de ceremonias, les pedía que se sentaran en la mesa del restaurante, donde los dos solteros se iban a conocer más detalladamente.
Alejandro se quedaba en shock cuando su cita le confesaba que no solía beber mucho. Y no solo eso. Iván, con 24 años, comenzó a beber hace un año, algo que le sorprendía todavía más a Alejandro, a quien le gusta la fiesta, salir y pasárselo bien. También han charlado sobre qué música le gusta y de por qué estaban allí viviendo esta experiencia: Alejandro ha acudido a 'FD' porque cree que ya ha vivido "la guarrería que tenía que vivir".
Y no faltaban los piropos entre ellos: Alejandro le confesaba a su cita que es bastante guapo, algo que a Iván le servía para compararse con un... caniche. También han tenido tiempo para hablar de sexo. Los dos se consideran personas muy activas sexualmente hablando. Y Alejandro le contaba una curiosidad a su cita: no está bautizado, aunque creía en Dios, pero el fallecimiento de su madre le hizo no dejar de creer.
Ya en la 'sala del amor', Alejandro e Iván se conocían de una manera más íntima. De nuevo, se sucedían los piropos entre ellos. Y quedaba claro una cosa: además del físico, se habían gustado en aspectos muy importantes como la personalidad. En la decisión final, decidían tener una segunda tanto como uno como otro.