Ramón, de 57 años, es un "romántico" informático que siempre le han gustado las historias de príncipes y princesas: "Yo pienso que si el amor es auténtico y desde el principio va bien, tú duras toda la vida con esa persona. Estoy súper convencido". Sentimentalmente hablando, este soltero busca en 'First Dates' alguien con quien pueda convivir y si esa persona es un poco clásica, mejor.

Su cita iba a ser Ana, también de 57 años, que de entrada aseguraba ser "la misma persona de día que de noche": "No quiero perder el tiempo siendo actriz. Voy a ser la protagonista de mi vida sin ser actriz". Al verse de primeras, las impresiones eran buenas. La soltera tiene una Herbodietética y es de Barcelona, igual que su cita. No obstante, a Ana le suponía una barrera que no le pudiese mirar ni a la boca ni al pelo, porque según ella, "no se cuida".

Una vez sentados, Ana confesaba que le gusta montar a caballo y Ramón desvelaba una anécdota que tuvo montando a caballo que su cita la describía como "una historia de perdedor". Un Ramón que sacaba temas de todo tipo y que enfrente se encontraba a una Ana un poco reservada y podríamos decir que 'agria' ante los continuos y sucesivos temas que su cita sacaba una y otra vez. Y una Ana que se quedaba sorprendida con una técnica energética que sabía Ramón y que no se esperaba para nada que la conociese.

Ana no le daba demasiada cancha a Ramón, y eso que este sacaba todo tipo de temas. Finalmente, se iban a la 'sala del amor' y ambos se soltaban como nunca bailando rock and roll y dándolo absolutamente todo. Sobre todo Ramón. Los dos acababan rendidos y Ramón le pedía un besito romántico a su cita, pero esta lo denegaba. Crónica de una muerte anunciada... puesto que en la decisión final, los dos no se veían como nada más que amigos y decidían no tener una segunda cita.

"No ha habido esa conexión. Y para amigos tampoco, porque aquí se viene a buscar el amor", confesaba Ana muy segura, antes de despedirse de su cita y salir por el restaurante de 'First Dates'.