Alberto Peláez, corresponsal de ‘Cuarto milenio’ en Méjico, ha visitado la nave del misterio para compartir con Carmen Porter los últimos hallazgos relacionados con el tristemente famoso asesino.
Concretamente, Manson en esta declaración desconocida hasta el momento, habla de dos ciudades: de Ciudad Méjico y de Acapulco. Se trata de un hombre narcisista y con una gran personalidad que le valió para convertirse en el líder de esa secta que se conoció como ‘La familia’, una secta que estaba relacionada inevitablemente con las drogas, el sexo y el rock and roll.
“Él tenía un autobús del colegio y le gustaba viajar en él. En un momento determinado elige Acapulco para continuar con su rastro de sangre porque era un poco, para que nos entendamos, el Marbella mejicano. Allí iban a veranear las grandes personalidades de los Estados Unidos, personalidades como los Kennedy, Liz Taylor, John Wayne, Elvis Presley… Acapulco tenía un halo en el que él, como artista frustrado, quería meterse”.
En estos escalofriantes audios que ahora ven la luz y que pertenecen a una llamada que el propio Manson hizo, el asesino reconoce dos asesinatos en la ciudad de Acapulco:
“Participé en un par de asesinatos. Dejé mi Magnum 357 en Ciudad de Méjico y algunos cadáveres en la playa. Cuando alguien me miraba raro y no me gustaba le disparaba, prefiero disparar a pelear. Si peleo me puedo romper el puño o lastimarme los nudillos y cosas así. Es mucho más fácil simplemente disparar. No es una cuestión de asesinar con malicia, después de todo, se trata simplemente de sacar la basura”.