Macarena ha tenido dos relaciones largas en su vida y ahora acude al restaurante de Carlos Sobera a buscar al hombre definitivo. Quiere vivir y hacer todas las cosas que ha tenido que dejar de hacer durante años por su trabajo.
En ‘First Dates’ ha tenido la oportunidad de cenar con Enrique, un hombre de setenta años que ama a los seres humanos y que tiene la misma energía que la empresaria. Es por ello que la química ha surgido entre ellos desde el primer momento.
Nada más sentarse en la mesa, los comensales han empezado a intercambiar opiniones y se han dado cuenta de que tenían muchas cosas en común, entre ellas, su forma de ver la vida. Están muy abiertos a sumar experiencias a sus vidas y lo han dejado más que claro.
Según aumentaba la confianza, las confesiones iban alcanzando un mayor grado de intimidad y ha sido Enrique el que ha dado el paso de hablar sobre sexo, aclarando que, en el momento de su vida en el que está, es importante que haya una conexión más emocional para dejarse llevar.
“Ahora te podría decir una vulgaridad y ponerla entre paréntesis. La tengo fuerte y dura como el hierro, siempre y cuando mi compañera tenga amor, ternura, cariño y paz, si no, no”, apuntaba el empresario.
En el restaurante del amor, él ha dejado claro que el sexo no tiene la prioridad que tenía hace años en su vida y que ahora es importante que haya algo más: “El sexo tiene la importancia que tiene de una forma coherente”, decía.
“Ahora, es amor lo que sientes y eso sí que es bonito”, apuntaba. Una frase ante la que Macarena asentía, dejando claro que estaba muy de acuerdo con la afirmación de su acompañante.
Después de una cita llena de complicidad, como no podía ser de otra manera, ambos han decidido marcharse juntos de ‘First Dates’. Ella ha sido la primera en hablar y ha declarado que le quedan “muchas cosas por hablar y compartir” con Enrique.
Por su parte, él ha sido más de actos y, lejos de explicar todo lo bueno que ha tenido su cita con Macarena, le ha pedido a su cita que cierre los ojos y le ha dado un piquito en los labios con el que ha demostrado que quería un segundo encuentro.