Toni acude al restaurante, guitarra en mano, con la esperanza de enamorarse de la mujer con la que la emparejarán en la cena que tendrá en ‘First Dates’. Es un obrero jubilado de Murcia que asegura ser “gitano y moderno”.
Carlos Sobera acompaña al soltero hasta la barra del restaurante y le pregunta a Toni si ha traído la guitarra para cantar a su cita. El soltero le tocará una “rumbita” a la mujer con la que le emparejen para enamorarla. “Yo me he tirado 26 años cantando con un grupo rumbas y sevillanas”, detalla el soltero a las cámaras.
“Yo soy muy simpático, muy romántico… lo tengo todo”, cuenta entre risas el soltero a Carlos Sobera. Toni además asegura que tiene un “buen corazón y sentimientos” aunque también afirme que “nadie es perfecto” y que cada uno tiene “sus cosas”.
Toni también le cuenta al presentador que ha venido al programa para encontrar una mujer que “le quiera”. “Me gusta que esté bien. No me va a poner un saco de patatas. Tampoco pido la Beyoncé. Una mujer que por lo menos esté bien”.
Carlos Sobera, en cuanto conoce todo lo que necesita para que Toni caiga rendido ante una mujer, se dirige a las puertas del restaurante para dar la bienvenida a Consuelo, quien será la cita del obrero jubilado. Es una costurera murciana que cree mucho en Dios porque se lo está dando “todo” y se refleja “mucho” en él.
“Cuando he entrado, pues no me ha llenado mucho. La verdad que me lo esperaba más alto, aunque yo soy pequeñita. Pero siempre me han gustado altos”, desvela Consuelo a las cámaras del programa. En cambio, el soltero piensa que la mujer con la que le ha emparejado está “muy bien”.
Durante la cena, tanto Toni como Consuelo tienen el tiempo perfecto para conocerse aún más. “Yo la veo mayor para mí. La mujer está bien, agradable, pero queda mayor para mí”, detalla el soltero a las cámaras de ‘First Dates’.
Aunque Toni piense que su cita es más mayor que ella, aun así, no pierde la esperanza de seguir tratando de enamorarla. Por ello, y en medio de la cena, Toni coge la guitarra y decide dedicarle una rumba en medio del restaurante. “No me gustó cómo canta”, declara Consuelo a las cámaras del programa. Sin embargo, al resto de los comensales y camareros les ha encantado, porque han decidido marcarse un baile.