Es una de las escenas más importantes de las Sagradas Escrituras y por supuesto guarda escondido un enorme misterio; es la escalera de Jacob, un relato aparentemente sencillo que habla de cómo Jacob ve algo en el horizonte que le cambia por completo su visión de la vida.
El gran Javier Sierra visita una vez más la nave del misterio para desentrañar los secretos de la Biblia y lo hace en torno al título de un ejemplar prácticamente desconocido: “Isaac y Jacob, ¿hijos de un padre espacial? ¿Era la escalera de Jacob la rampa de una nave espacial?”
Para Sierra, lo curioso de este pasaje de la Biblia no es otra cosa que el hecho de que Jacob se da cuenta de que Dios lo vigila, lo escruta, lo tiene bajo un absoluto control:
“Él está huyendo de su hermano mellizo Esaú que quiere asesinarlo, y es en ese momento cuando se encuentra con la divinidad”. Pero aún más extraño es para Sierra el encuentro nocturno que Jacob tiene con un ángel contra el que se enfrenta en una pelea cuerpo a cuerpo.
Sierra encuentra en los relatos sagrados sobre la vida de Jacob un paralelismo clave con algunos de los restos arqueológicos más conocidos de nuestro planeta, restos que hablan de supuestas escaleras a otros mundos.