Lola se hizo popular gracias a su paso por ‘Mujeres y hombres y viceversa’, donde conoció al hombre con el que tiempo después participó en ‘La isla de las tentaciones’. Fue en el paraíso de Sandra Barneda donde se rompió todo, incluso la familia que tenían con su perro en común, Horus.
Hay que recordar que, al romper, fue Diego Pérez el que se quedó con la custodia del can y que ella tuvo que separarse de él durante dos años. Ahora, el perro vive al 100% con la exconcursante de ‘Supervivientes’, pero ella sigue teniendo una espinita clavada por aquella temporada que estuvieron separados.
Para saber cómo le afectó aquella separación a su mascota, ‘Callejeros’ ha contactado con una experta en comunicación con animales, que ha podido ver imágenes de los recuerdos de Horus y saber cómo fue para él separarse de la popular participante de ‘La isla de las tentaciones’.
La experta en telepatía con animales ha podido entrar en la mente de Horus para saber cómo vivió separarse de Lola Mencía cuando este y Diego Pérez pusieron punto final a su relación tras pasar por el paraíso más famoso de Telecinco.
“Él agradece que nunca se ha quedado una noche solo con vosotros”, explicaba la experta, refiriéndose a la familia de ella. “En la otra casa sí que ha pasado noches solo”, apuntaba, haciendo alusión el hogar del extronista de ‘Mujeres y hombres y viceversa’.
La dueña de Horus, llorando, no podía ocultar su emoción al conocer los pensamientos de su perro en aquella etapa que fue tan dolorosa para ella. Aún así, la profesional ha querido tranquilizarla y dejar claro que él no sufrió con todo aquello.
“Fue desconcertante, pero no pensó que lo hubieran abandonado. Él entendió que te tenías que ir. Los perros siguen recibiendo nuestra energía”, añadía. “Es que lo pasé supermal. Ahora, todo lo malo pasó y le tengo conmigo y es lo que importa, pero lo pasé fatal”, aseguraba Lola, tras escuchar a la experta en comunicación con animales.
La mujer que ha analizado la mente de Horus, el perro de Lola Mencía, ha explicado en qué consisten sus sesiones: “Conecto y veo lo que siente y qué necesitan. Es una manera de conectar a nivel energético”, aseguraba.
“Me llega información en forma de imágenes, emociones y, a veces, frases. La comunicación telepática son ondas”, aseguraba, antes de explicar que cobra 60 euros por cada sesión: “Quiero que sea algo al alcance de todo el mundo, porque creo que es necesario saber qué necesitan”.