Alberto es el siguiente soltero que acude al restaurante del amor de ‘First Dates’ con el objetivo de encontrar a la mujer con la que llegar a enamorarse y poder vivir experiencias únicas. Es un informático madrileño que se considera como una persona con muchas “inquietudes”. Tantas, que afirma que “no tiene” el tiempo suficiente como para disfrutar de todos los pasatiempos que suele practicar.
Laura Boado, en cuanto se reúne con el soltero a la barra del bar, le pregunta directamente sobre el tipo de mujer ideal con la que llegar a enamorarse. Alberto, responde: “Me gusta la gente que tenga inquietud intelectual. Me gusta conectar intelectualmente con las personas con las que salgo. Me gusta que sea gente que les gusta aprender de todo”.
Además, asegura a las cámaras de ‘First Dates’ que le gustaría conocer a una persona con la que formar una “pareja estable”, disfrutar como nunca de los buenos momentos y que se convierta en una persona de confianza con la que pueda llegar a hablar de todo sin ningún problema.
Laura Boado, en cuanto termina de escuchar todo lo que necesita Alberto para caer profundamente enamorado, se dirige a las puertas del restaurante para dar la bienvenida a Íngrid, quien será la cita del informático madrileño. Es una psicóloga peruana que vive en Madrid y que ha venido al restaurante “muy nerviosa” porque es la primera vez que va a una cita a ciegas.
“Está nerviosa. Pero, me ha gustado su sonrisa nerviosa. He de reconocer”, cuenta muy emocionado el soltero a las cámaras del programa. Íngrid, además, también parece que le ha caído muy bien la cita porque le ha encantado que tenga “iniciativa” a la hora de hablar sobre ciertos temas.
Una vez se sientan en la mesa, tanto Alberto como Íngrid tienen el momento perfecto para conocerse aún más y ver si consiguen encontrar esa chispa tan necesaria para el amor. “El hecho de que sea psicóloga implica que debe tener cierta empatía con la gente. A mí, la gente empática como que me atrae”, detalla para ‘First Dates’.
A medida que avanza la cena, Alberto cuenta a su cita que le encanta las mujeres latinas porque son “más calientes”, algo que choca mucho a la soltera: “Me da la sensación de que es el típico extranjero que piensa que, por ser latinas, vamos a ser más calientes en el tema sexual”.
A partir de aquí, Íngrid empieza a ver con otros ojos al soltero. “Cuando él me dijo que los latinos somos más emocionales, es como que yo comencé a cambiar mi forma de pensar. Es la típica persona que piensa que por ser latinos o latinas nos vamos a acostar con la primera persona que vemos cuando las cosas no son así”, detalla la soltera.
Por parte de Alberto, le encantaría mantener una segunda cita con la mujer con la que le han emparejado. Se ha sentido muy cómodo y ha podido de hablar de todo tipo de cosas. En cambio, la soltera no querrá volver a mantener una segunda cita como pareja. “Bueno… Algo es algo”, cuenta muy incrédulo el soltero.