Iker Jiménez cuenta con Enrique de Vicente para ahondar en esta crónica del ‘Caso Rocafort’. Una espectadora se pone en contacto con ‘Cuarto Milenio’ para contar algo que vivió en primera persona mientras trabajaba en la estación de metro de Rocafort de Barcelona.
El testimonio de esta mujer es muy interesante., Cuenta que siempre había oído historias raras sobre esta estación de metro, pero no supo hasta qué punto eran ciertas hasta una noche del año 2007. Era la una y media de la madrugada y la estación ya estaba cerrada.
Su trabajo, por aquel entonces, consistía en vigilar los andenes. Esa noche, estaba cenando frete a los monitores en la garita: “De pronto, a través del monitor, advertí la presencia de una chica vestida de blanco en uno de los andenes. Ella no debería estar allí así que solté mi bocadillo y fui a mirar personalmente”.
Al llegar al andén, no había nadie. Regresó a la garita y la volvió a ver en otro andén (a través de la pantalla). Llamó a sus compañeros para comprobar si ellos también la veían y le dijeron que no. Solicitó una unidad móvil con dos compañeros que recorrieron el andén, sin éxito.
“Yo, a través de las cámaras, la seguía viendo. Es más. Vi a mis compañeros pasar de largo cuando pasaron a su altura, como si allí no hubiera nadie”, añade. Dice que elaboró un informe y habló con sus superiores, aunque nadie supo darle respuestas. Tras escuchar el testimonio, Enrique de Vicente da algunas claves de lo que podría estar sucediendo en esta estación de metro ¿maldita?.