En 'Callejeros' hemos vivido durante la última entrega que se ha emitido en Cuatro este lunes un emotivo reencuentro que ha traspasado las pantallas de todos y todas y nos ha tocado nuestro lado más sentimental. La Guardia Urbana de Barcelona recibía un aviso de que un niño de cuatro años se había perdido por las calles de la ciudad condal y no tardaba en ponerse manos a la obra y realizar una intensiva búsqueda. Con la casualidad de que no habían ni girado una calle cuando el niño aparecía in fraganti en Vía Laietana.
"Bendita casualidad", decía el agente de Guardia Urbana, tras cogerlo en brazos y rápidamente dar el aviso de que ya lo habían encontrado. "Y la suerte y lo bonito que es hacer este tipo de servicios... encontrar a un niño perdido completamente, perdida la familia también... eso que nos llevamos hoy", comentaba el policía.
Un agente al que se le había cambiado por completo la cara: "Esto para mí es una alegría. Sobre todo, cuando es con niños. Me lo imagino yo, que pierdo a la niña, y la angustia en un país que no es el tuyo y la suerte que hemos tenido".
Un coche de policía no tardaba en llegar y la madre, emocionadísima y con los ojos vidriosos, abrazaba aliviada y de manera intensa a su hijo. La madre del hijo le contaba al agente que estaban muy lejos y no entendía cómo su hijo podía haber llegado hasta ahí. Posteriormente llegaba el padre y vivía unos instantes muy complicados tras marearse debido a lo preocupado y conmocionado que estaba todavía.