Con su característico estilo de reportaje en profundidad y un enfoque directo a la realidad social, Callejeros marcó un antes y un después en la televisión española. Desde su estreno en Cuatro en 2005, este programa se dedicó a recorrer las calles de España para retratar la vida de aquellos personajes anónimos que habitaban en sus rincones más inesperados.
Hoy, con el regreso de este mítico formato a la programación de Cuatro, recordamos a algunos de los personajes más icónicos que se quedaron grabados en la memoria colectiva.
Si hay un personaje mítico entre todos los que nos descubrió la emisión de Callejeros, ese es Ramón 'el vanidoso'. El también conocido como 'el yonqui de Pitis' narraba a la reportera, con adorable desparpajo, como había ido a dar con sus huesos en la cárcel por un desafortunado incidente que involucraban una sucursal de Banesto, un coche robado y una pelea con su cuñado. Y es que un robo a un banco se puede torcer de muchas maneras, pero cuando tienes que huir en un coche robado (tras advertir, que no amenazar, a su dueño legítimo) y volver a tu casa para vestirte de 'Emidio Tucci' (porque eres un vanidoso), corres el riesgo de encontrarte con tu cuñado y tener que darle una paliza. Y claro, el cuñado le denunció y el juez le metió tres condenas, por la paliza, el robo del coche y el robo al banco (por lo de Emilio Tucci no nos consta que añadieran un agravante).
Ramón 'el vanidoso' aprovechaba bien su permiso de la cárcel ("¿Que qué hago?, Drogarme todo lo que puedo y ahora quiero echar un polvo, porque llevo 5 años sin meterla", aseguraba) y nos dejaba para la posteridad una máxima filosófica: "Hay cinco derechos universales que son innegables a la raza humana: la vivienda, la ropa, la dignidad y de los otros dos no me acuerdo ahora".
Un control de alcoholemia y drogas de la Guardia Civil era uno de los biomas más visitados por las cámaras de callejeros y de ellos surgieron algunos de los más recordados protagonistas del programa. En un control situado en Valencia conocimos a este joven que no era capaz de seguir las instrucciones del Guardia Civil que, armado de una paciencia infinita, intentaba explicarle que debía soplar de manera ininterrumpida hasta que él le avisara. Entre sus múltiples intentos nos dejó un eslogan patriótico: "Viva España, viva el Rey, viva el orden y la ley" y el ya historia dela televisión "Pim, pam, toma lacasitos".
Otro momento surrealista lo vimos en una de tantas detenciones policiales de las que eran testigos los cámaras y reporteros del programa. Esta fue en Alicante y la famosa secuencia se produjo mientras el detenido, acusado de saltarse varios semáforos en rojo y estampar su coche contra varios vehículos, permanecía inmovilizado boca a bajo en el suelo. Entre sus lamentos y súplicas para que lo soltaran dejó aquel mítico: ""Por favor, no me hagan daño que estoy embarazado". Pero no se quedó aquí, ya que este esforzado trabajador pluriempleado que aseguraba ser "abogado, profesor, vigilante de seguridad, del Opus, testigo de Jehová, secreta y profesor de chino mandarín" también afirmaba ser "mujer, transexual, travesti y no acepto mi transexualidad" e insistía en que no le hicieran daño porque "Estoy embarazado de gemelos. De seis meses."
La ciudad de Valencia dio muchos personajes muy recordados de Callejeros y uno de los más entrañables fue la 'Rubita del Canyabal', una vecina del barrio que con una contagiosa alegría y una peculiar manera de expresarse mostró a la cámara del programa su gusto por el maquillaje. Con su inseparable perrito mostró como cada mañana elegía los mejores tonos para verse guapa y sonreír al día y confesó que en alguna ocasión "Me han llamado hasta Marilyn Monroe".
¿A quién no le va a gustar un baptisterio romano del siglo primero?, ¿a quién no le va a gustar? Pues eso nos preguntamos nosotros. A nadie en su sano juicio. Pero esto mismo se preguntaban las famosísimas hermanas Encarnita y Josefina Rojas, que mostraban orgullosas el descubrimiento familiar (había sido cosa del abuelo, que iba arando con los mulos...): el baptisterio paleocristiano romano de Las Gavias, en Granada. Un descubrimiento para el mundo, un momento histórico para la televisión mundial.
La siempre difícil convivencia vecinal ha sido otro caladero en el que pescar para los reporteros de Callejeros. En un programa que ya es historia de la televisión y carne de meme en las reces sociales, conocimos el drama de una mujer que tenía que salir a la calle envuelta en bolsas de plástico para que su "vecina la loca" no la rociara con "orines y productos químicos". Aseguraba llevar acumuladas ya 125 denuncias y 8 agresiones y sufrir ataques de su vecina, como cuando la llamaba repetidamente "puta, puta, puta... sin ser nada de eso yo".
Callejeros no solo fue un programa de entretenimiento, sino también una ventana a las diferentes realidades que convivían en España. A lo largo de los años, supo mezclar el drama y la comedia, la empatía y la crítica social, ofreciendo una visión única de los personajes que, de otra manera, pasarían desapercibidos.
Con su reciente regreso a Cuatro, es inevitable sentir una mezcla de nostalgia y curiosidad por las nuevas historias que saldrán a la luz. ¿Qué nuevos personajes se sumarán a esta galería de inolvidables? Está claro es que Callejeros sigue siendo un referente en la televisión española.