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Una víctima de inquiokupación asegura estar hundida y desesperada: "Se me ha quitado hasta la libido"

El pueblo de Alhendín, en Granada, ha sido una de las paradas de 'Callejeros' durante el programa sobre la okupación. Allí, el equipo ha conocido la historia de Magdalena, una mujer víctima de inquiokupación. Alquiló su casa con un contrato a unos inquilinos y hace ya un año que dejaron de pagar.

"Me dijo que se quedaba ahí, que la ley tardaría en echarle tres o cuatro años y que se quedaba. Y son 200 euros. Una casa de tres dormitorios, patio, chimenea... Y a diez minutos de Granada", ha contado la afectada. Su inquilino ha falseado el contrato y ha añadido ocho años más.

Para Magdalena, esto es "muy injusto": "Yo tengo una hija menor de edad, con 15 años, yo estoy en paro, tengo que pedirle ayuda a mi familia. Mi inquiokupa tiene un Audi, un BMW, una moto, zapatillas de marca, ropa de marca... Yo a mi hija no le puedo comprar todo eso", ha explicado. "¿Por qué se tarda tanto? A ver si me van a devolver mi casa cuando mi hija ya haya acabado la carrera de enfermera".

Y es que Magdalena está harta "de mantener a un inquiokupa", ya que tiene que pagar la casa, el IBI, el seguro y las facturas de agua: "Menos mal que la luz la puso a su nombre, porque si no es para tirarse por un puente. Les estoy manteniendo. Y encima no me lo agradece. Me ha denunciado por falsas amenazas".

'Callejeros' habla con el inquiokupa

'Callejeros' ha decidido llamar a la puerta y escuchar qué tiene que decir al respecto el inquiokupa: "Yo le estoy pagando. No tengo por qué enseñarle documentación a nadie. Que me indemnice, que yo me voy", ha comenzado alegando que tiene un contrato hasta 2028. Cuando la reportera le ha comentado que según la casera ese contrato está falseado, él se ha mantenido: "Eso lo tendrá que mirar un juez. La que ha falsificado mi firma ha sido ella, que ha usurpado mi identidad. Yo me voy a ir, por supuesto. Pero cuando me lo diga un juez. Mientras, me voy a quedar aquí. La ley me ampara".

Cuando el equipo le ha comentado a la dueña de la vivienda lo que había contado su inquiokupa no ha dado crédito: "Eso es mentira. Se pone con una tranquilidad, que te lo crees. Estoy loca, hago brujería, le amenazo... Esto te hunde. Se me ha quitado hasta la libido, con eso te lo digo todo. No te apetece ni un revolcón. Vendo la casa con el inquiokupa dentro porque no quiero ni puedo mantenerlo".