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Cómo hacer que una primera cita sea inolvidable

Los primeros pasos en una relación no siempre son sencillos, aunque sí ilusionantes. Una primera cita está llena de inseguridades, de dudas y de recelos, toca saber si esa conexión especial que hemos sentido es real o solo era flor de un día, si una vez que se produzca un encuentro cara a cara la relación continuará afianzándose o, por el contrario, tocará dejar de verse porque no se siente lo esperado. 

Prepararse para una primera cita es, para muchas personas, todo un ritual: pensar algunos temas sobre los que poder hablar para que nadie se sienta incómodo y la conversación pueda ser fluida, seleccionar la mejor ropa, esa que nos ayuda a sentirnos cómodos, atractivos y que no es un disfraz o da una imagen equivocada sobre quienes somos… Detalles que ayudan a que, en el momento de la verdad, nos sintamos bien y podamos mostrar nuestra mejor versión

También organizar la cita se convierte en algo clave, encontrar el mejor lugar para el encuentro, hacer el plan perfecto para que ambos se sientan cómodos, que sea divertido y favorezca la conexión que tanto se espera que tenga lugar en esa primera cita. Porque nadie espera salir de un primer encuentro completamente enamorado y con la certeza de haber encontrado a la persona perfecta, pero si en el momento de la despedida ya se notan las ganas de volver a verse, sin duda será una buena cita. 

Una primera cita puede ser muchas cosas, pero nunca debería ser aburrida. Aprender a planificar una cita inolvidable no es tan complicado como pensamos, solo hay que tener en cuenta algunos puntos imprescindibles, tips que conviene poner en práctica para lograr esa experiencia positiva que tanto queremos tener. 

Cómo hacer inolvidable una primera cita 

Al organizar una primera cita siempre es una buena idea mantenerse fiel a uno mismo, pensar en qué ambientes y situaciones nos sentimos cómodos, pero intentar hacerlo de tal forma que la otra parte se sienta cómoda también. Buscar una actividad que permita la conversación entre ambos, al fin y al cabo se trata de conocerse un poco mejor, compartir experiencias y anécdotas, y que suponga una experiencia divertida. 

En cualquier cita, lo mejor es siempre ser uno mismo, mostrarse tal y como se es porque si le gustamos a la otra persona, es mejor que no sea con una versión nuestra que no existe. También es importante llevar esta máxima al lugar escogido y la ropa seleccionada, mostrarnos tal y como somos, con la ropa que nos gusta y en el ambiente en el que nos sentimos seguros. 

Para que una primera cita salga bien es importante centrarnos en los aspectos positivos de nuestra vida, si durante toda la cita estamos quejándonos o contando solo lo malo, daremos una impresión que no es la adecuada, además de que podemos hacer que el ambiente sea un poco más sombrío de lo esperado. Tampoco es buena idea hablar de nuestras exparejas, o por lo menos no es buena idea que este sea un tema recurrente durante el encuentro. 

No es raro que el tema surja durante una conversación, y en ese caso hacer como si nunca hubiera existido es tan malo como centrar toda la cita en esa persona, lo mejor es tratar el tema con naturalidad y pasar a otra cosa. 

Si queremos mostrar interés y que la otra persona lo note, el lenguaje corporal es esencial, mostrarnos abiertos y cercanos, mirar a los ojos, sonreír e incluso iniciar un discreto contacto físico o una pequeña inclinación hacia la otra persona mostrará que nos sentimos cómodos en ese momento. 

Escuchar de manera activa también es esencial, estar presente en la conversación y no mantener un monólogo o esperar a que el otro termine de hablar para poder contarle nuestra propia historia. Ser sinceros con lo que contamos y mostrar interés en lo que tenga que decir nuestra cita es esencial para que el ambiente sea confortable entre ambos. 

Si buscamos que la cita sea diferente y no queremos tener el típico encuentro en un café o restaurante, podemos intentar algún otro plan que consiga hacer la velada más divertida, creando recuerdos conjuntos y momentos que aporten tema de conversación. En estos casos se puede optar por hacer algún taller juntos, una clase de cocina o una cata, los más aventureros tal vez quieran probar suerte haciendo senderismo y quienes busquen algo divertido que hacer juntos, tal vez le den una oportunidad al minigolf, un scape room o una visita a un museo. 

Cada cita es diferente y aunque estamos acostumbrados a ver cómo una cena romántica parece la mejor opción, lo cierto es que hay muchas otras cosas que se pueden hacer para que la velada sea única y también inolvidable.

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