Iker Jiménez investiga en ‘Cuarto milenio’ junto a José Manuel Nieves todo sobre el misterio de la ciudad de Sodoma.¿Qué paso? ¿Qué ocurría allí? ¿Cómo fue su terrible destrucción? Son algunas de las preguntas que lanza el presentador.
‘’Es una ciudad que está en el Sinaí, una ciudad que prosperaba hace unos 3.600 años. Era muy importante, un asentamiento comercial con miles de habitantes era diez veces más grande que Jerusalén’’, comienza explicando José Manuel sobre la ciudad.
El experto explica que, durante miles de años la ciudad pasó por todo: ‘’Pasó por guerras, fue destruida varias veces, sufrió terremotos que la tiraron y la volvieron a levantar porque estaba en una zona fantástica’’.
‘’Un equipo de investigadores descubrió un estrato de un metro y medio muy extraño en el que los materiales son muy inusuales. Se ven cerámicas que han ardido a tal temperatura que se han convertido en vidrio. Ladrillos con burbujas de haber estado hirviendo. Tuvo que estar sometido a una temperatura gigantesca’’, continúa.
José Manuel revela que los fascinantes descubrimientos ‘’no casan con lo que hace un terremoto o una guerra’’ e indica que no es suficiente para decir que fue un meteorito lo que acabó con Sodoma.
‘’Las construcciones habían sido aplastadas por una onda expansiva gigantesca. Los restos humanos estaban dispersos, los cadáveres rotos en pedacitos. Fue una aniquilación completa no comparable’’.
El experto explica que los investigadores mantienen que la ciudad fue destruida por un meteorito, no muy grande, con un poder destructivo más grande que la bomba de Hiroshima.
Iker Jiménez muestra su sorpresa: ‘’No se ha encontrado otra ciudad con estas características, barrida de esta manera por lenguas de fuego’’. Además, José Manuel e Iker Jiménez están de acuerdo en que el relato bíblico sobre Sodoma se parece bastante a lo que contaría alguien que hubiera sido testigo de lo ocurrido.
Finalmente, el experto llega a una conclusión: ‘’Probablemente fuera un trozo de cometa o un trozo de meteoro lo suficientemente frágil como para no llegar sólido al suelo, si no, estallar en el aire y por eso no se encuentra cráter’’.