Tito es una persona muy transparente que siempre quiere hacer cosas diferentes y salir de la rutina. Es profesor de educación infantil, le encanta viajar, hacer cosas nuevas y siente que su esencia es ser una persona muy, muy nerviosa “la tranquilidad para mí no existe”. En el amor, se divorció hace un año después de casi toda una vida juntos. Tiene en un hijo y después de un año de vivir una montaña rusa de emociones se siente en el punto de conocer a alguien.

Soledad, su cita en ‘First Dates’, asegura estar “sola y entera”. Para enamorarse necesita encontrar a alguien muy afín a ella porque ella está un poquito enamorada de sí misma “no me miro al espejo y me amo, pero sí por dentro”. Al verla, Tito ha visto a una chica muy guapa y han coincidido que los vivían en Galicia. La conexión entre ellos ha sido muy buena.

Tito ha comenzado la cena confesándole que era un tipo muy nervioso y que tenía mucha energía de trabajar con niños. Le ha contado que tenía uno hijo de ocho años y Soledad le ha dicho que ella no era madre, pero que le gustaban los niños y que hacía poco que se le había despertado el instinto maternal.

Soledad le ha dicho que ella era muy casera, pero que le faltaba alguien que la sacara y le hiciera hacer cosas nuevas. Tito le ha dicho que él es ese hombre y le ha confesado que era un tipo muy enamoradizo y de relaciones profundas. Además, le ha desvelado que era un tipo muy detallista, algo que Soledad valora mucho.

Tito no ha acertado el signo zodiacal de Solita, pero si ha acertado que era un signo de fuerza. Él estaba sacando lo mejor de él, y sentía que lo estaba consiguiendo y le estaba gustando.

En el reservado, Solita se ha quedado un poquito cortada al ver que Tito se lanzaba a darle un mordisquito, un beso loco o lo que fuera necesario, pero a la hora de bailar si se ha dejado llevar un poquito más y ha sentido que su cita la abrazaba con ganas. El soltero le ha adelantado que había estado muy cómodo y que tenía su decisión muy clara “como todo en la vida” y ella se ha llevado una alegría porque también tenía claro que quería que esa fuera la primera de muchas más citas juntos.