El reciente hallazgo de un pedazo de papiro en Hamburgo podría aportar luz a los años perdidos de Jesús de Nazaret. Nos viene a contar un episodio de la infancia de una de las figuras más influyentes de todos los tiempos y de la que ya se había hablado: la de los pájaros de barro que Jesús de Nazaret, con tan solo cinco años, echó a volar.
Según este documento, Jesús empieza a demostrar una serie de prodigios a su alrededor. Estos documentos intentaban mostrar cómo era Jesús de niño, pero la propia Iglesia los eliminó porque el niño “era airado y no controlaba sus poderes”. Esto vendría a demostrar que “Jesús hacía milagros ya de niño, pero no manejaba bien las coordenadas de su poder”.
Iker Jiménez analiza este increíble descubrimiento en compañía del máximo especialista de este tipo de hallazgos: Antonio Piñero, catedrático emérito de filología griega (UCM) y experto en cristianismo primitivo, quien celebra “con gozo” este descubrimiento porque “nos demuestra el impacto tremendo de una personalidad como Jesús tuvo en sus discípulos”.
No conocemos apenas nada de los primeros años de vida de Jesús, pero estos documentos vendrían a aportar algo de luz sobre sus obras y milagros. Por eso, ya había gente que contaba sus historias y dejaba constancia a través de sus escritos. Este papiro, que es de Tomás, “demuestra la necesidad de conocer todo lo que podamos de un personaje transcendental y de impacto”.
En este pedazo de papiro se cuenta que Jesús, con cinco años, estaba modelando unos pájaros de barro. Era sábado y eso no podía hacerse en ese día de la semana. Cuando su padre le dijo que no debía hacer eso, el niño dio una palmada y los pájaros salieron volando. “La clave es que, Jesús es tan heroico como Hércules”, reflexiona Piñero al respecto.
Entre las hazañas que describen lo que hacía Jesús, se encuentran no sólo la de transformar el barro en pájaros de verdad, sino también la de matar a un niño porque no controlaba sus poderes, al cual resucitó posteriormente. Quien escribe esta historia, presentó a un Jesús no asesino, pues después le devolvió la vida: “Esa es la clave. Jesús fue un hombre maravilloso, portentoso e increíble. Tuvo una infancia igual de portentosa, maravillosa e increíble”.
La iglesia no aceptó estos documentos y descartó los evangelios en los que se hacía referencia a la infancia de Jesús. Piñero reflexiona sobre este hecho y da su opinión sobre por qué hicieron esto: “Él tuvo una auto conciencia de sí mismo impresionante. Él se compara y cree que es mayor de Salomón”.