Al final, 'Otro enfoque' ha querido reunir a cuatro mujeres víctimas del Patronato de Protección de la Mujer para compartir las experiencias y vivencias que sufrieron en sus propias carnes en aquellos centros. Exigen un reconocimiento y sobre todo, una reparación. Y es que algunas todavía tienen secuelas de lo que vivieron en aquel entonces. Parece lejano, pero no lo es tanto.
Y es que hay una extraña química entre ellas. Como si se reconocieran en un pasado tenebroso, pero invisible para los demás. Se llaman entre ellas "hermanas". Y sus sombríos capítulos de juventud las han unido. La forma de entrar a los centros fue totalmente diferente en cada una de ellas. Por ejemplo, la de Pilar Dasí fue además de brusca una completa incógnita: con 19 años estaba trabajando y entraron tres policías a su oficina: "Me esposaron sin mediar ninguna palabra y me llevaron al centro. Me acusaron de ser moderna".
Además, le hicieron una prueba de virginidad: "Es bastante obsceno cómo me lo hicieron. Me la hicieron en mi despacho delante de mi jefe porque no me fiaba de ellos. Una austeridad... a partir de ahí trabajaba y ellas se quedaron mi sueldo". Por otro lado, todas coincidían en una cosa: decían que había prostitutas en el centro y ninguna llegó a verlas.
Por su parte, Micaela Ortiz dejaba un testimonio durísimo en 'Otro enfoque' que deja claro las secuelas que todavía tienen algunas mujeres tras atravesar aquel calvario: "Yo salí de Segovia, me llamaban loca, rara y de todo... en mi adolescencia fue mi primer intento de suicidio. Pensaba que no encajaba en el mundo. A día de hoy sigo sin pensar que encajo en el mundo".